Datos personales

Mi foto
SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

viernes, 31 de mayo de 2013

EVANGELIO DEL DOMINGO

IXº DOMINGO DEL TIEMPO
COMÚN DE LA IGLESIA.
 
SOLEMNIDAD
DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO.





 

"SIEMPRE HAY TIEMPO
PARA SER BUEN PAN”.




DOMINGO 02 DE JUNIO DE 2013

 
PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO DEL
GÉNESIS 14, 18-20

En aquellos días: Melquisedec, rey de Salém, que era sacerdote de Dios, el Altísimo, hizo traer pan y vino, y bendijo a Abrám, diciendo: “¡Bendito sea Abrám de parte de Dios, el Altísimo, creador del cielo y de la tierra! ¡Bendito sea Dios, el Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos!” Y Abrám le dio el diezmo de todo.


Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
110 (109), 1-4

R.:
TÚ ERES SACERDOTE PARA SIEMPRE,
A LA MANERA DE MELQUISEDEC

Dijo el Señor a mí Señor:
Siéntate a mi derecha,
mientras Yo pongo a tus enemigos
como estrado de tus pies” R.:

El Señor extenderá el poder de tu cetro:
“¡Domina desde Sión,
en medio de tus enemigos!” R.:

Tú eres príncipe desde tu nacimiento,
con esplendor de santidad;
Yo mismo te engendré como rocío,
desde el seno de la aurora” R.:

El Señor lo ha jurado y no se retractará:
Tú eres sacerdote para siempre,
a la manera de Melquisedec R.:

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DE LA PRIMERA CARTA
DEL APÓSTOL SAN PABLO A
LOS CRISTIANOS DE CORINTO 11, 23-26

Hermanos:

Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es lo siguiente: El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que la beban, háganlo en memoria mía”. Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que Él vuelva.


Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente”, dice el Señor
(Jn 6, 51-52).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN LUCAS 9, 11-17

Jesús habló a la multitud acerca del Reino de Dios y devolvió la salud a los que tenían necesidad de ser sanados. Al caer la tarde, se acercaron los Doce y le dijeron: “Despide a la multitud, para que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores en busca de albergue y alimento, porque estamos en un lugar desierto”. Él les respondió: “Denles de comer ustedes mismos”. Pero ellos dijeron: “No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente”. Porque eran alrededor de cinco mil hombres. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: “Háganlos sentar en grupos de alrededor de cincuenta personas”. Y ellos hicieron sentar a todos. Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud. Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas.


Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

FIESTA DEL AMOR A DIOS Y AL HERMANO.

CELEBRAMOS LA FIESTA DE LA CARIDAD.

San Agustín dice que la Eucaristía es “sacramento de amor, símbolo de unidad, vínculo de caridad”. Ante la Eucaristía el seguidor de Jesucristo, por medio de la fe, puede expresar algo de la profundidad e intensidad del amor de Cristo, puesto que ese amor es responsable de la Encarnación, de la Cruz, de la Iglesia, de los Sacramentos. Para San Agustín la Eucaristía es también signo de unidad: “Nuestro Señor ha puesto su cuerpo y sangre en estas cosas -el pan y el vino- que, de múltiples que son en sí se reducen a una sola, porque el pan, de muchos granos, se hace una sola cosa; el vino se forma de muchos granos, que hacen un solo licor”. Cristo es la cabeza del Cuerpo Místico que formamos con Él todos los bautizados. Si recibimos a Cristo en la Eucaristía, recibimos también a todos nuestros hermanos. Comulgamos con todos ellos: santos o no, amigos o enemigos. La Eucaristía es, por tanto, vínculo de amor: sin la comunión no habría amor a los demás. Cada comunión debe hacernos crecer en el amor a los otros. El otro debe ser nuestra hostia diaria. La Eucaristía debe crear en nosotros la decisión consciente de ir hacia los otros y entregarnos a ellos. Por ello, el santo obispo de Hipona nos recuerda que la Eucaristía es vínculo de caridad. Cáritas celebra en la festividad del Corpus Christi “el Día de Caridad”, una jornada en la que, bajo el lema “Juntos escribimos la historia. Vive con sencillez y otro modelo de convivencia nos hará felices”, invita a la comunidad cristiana y a toda la sociedad a construir comunidad desde la compasión y la comunión, a tejer redes de fraternidad con las demás personas para ser verdaderos agentes transformadores de nuestra sociedad.

EL GRAN MILAGRO ES “COMPARTIR”
LOS DONES QUE DIOS NOS HA DADO:

El milagro de la multiplicación de los panes está en los cuatro evangelistas. El número de cinco panes y dos peces (5 + 2 = 7) significa la plenitud del don de Dios. Y las “doce canastas” de sobras están significando la superabundancia de los dones de Dios. El número 5.000 representa simbólicamente una gran muchedumbre. Los apóstoles, acomodando a las gentes, repartiendo el pan y recogiendo las sobras, hacen referencia a la Iglesia, dispensadora del pan de los pobres y del pan de la Palabra y la Eucaristía. Jesús une la palabra y el pan. La Iglesia, si quiere ser fiel a Cristo, ha de unir a la palabra el pan de la caridad. Si mi prójimo dice: “tengo hambre”, es un hecho físico para el hermano y moral para mí. Basta que pongamos nuestros cinco panes y dos peces. Y estos cinco panes y dos peces pueden ser quizá mis muchas o pocas virtudes, mis logros, triunfos pero también mis caídas y fracasos. En definitiva, basta que nos abramos completamente a Jesús y le demos todo lo que tengamos, sea poco o mucho, de esto Él se encarga.

LOS PASTORES DE LA IGLESIA
HAN DE DAR ESE PAN
Y AYUDARNOS A COMPARTIRLO.

Deben ayudar a que llegue a todos, el pan material que acaba con el hambre del cuerpo, y el pan de la palabra y la Eucaristía, que sacia el hambre más existencial del hombre. La lacra del hambre es consecuencia de nuestro pecado, pues Dios ha puesto los bienes del mundo al servicio de todos, no de unos pocos. Nosotros podemos saciar el hambre, Jesús nos lo pide: “Dadles vosotros de comer”. En este milagro de la multiplicación de los panes se ven como diseñadas las tareas pastorales de la Iglesia: predicar la palabra, repartir el pan eucarístico y servir el pan a los pobres.

EL RELATO EVANGÉLICO
TIENE UN SIGNIFICADO
PROFUNDAMENTE EUCARÍSTICO.

Después de alimentarse del “pan de la Palabra”, la multitud se alimenta del “pan de la Eucaristía”. El hambre de verdad y plenitud sólo puede saciarla Dios. La Eucaristía más que una obligación es una necesidad. Aquí venimos a saciar nuestra hambre, a celebrar nuestra fe, a saciarnos de los favores de Dios. Seríamos necios si no aprovecháramos este alimento que nos regala. Vivamos con intensidad cada gesto, cada palabra de la Eucaristía con actitudes sinceras de agradecimiento, alabanza, perdón, petición de ayuda y ofrecimiento de nuestra vida. ¿Hay algo más maravilloso en nuestro mundo? Y no nos reservemos para nosotros la gracia recibida. Son doce los cestos sobrantes, somos nosotros ahora los discípulos de Jesús, invitemos a todos a saborear y a vivir el gran don de la presencia de Dios entre nosotros.

Padre José Mª Martín, OSA
España
____________________

Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.