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SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

jueves, 30 de agosto de 2012

EVANGELIO DEL DOMINGO

XXIIº DOMINGO DEL TIEMPO COMÚN
DE LA IGLESIA




“ATREVERSE A CREER”


DOMINGO 02  DE SEPTIEMBRE DE 2012

PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO
DEL DEUTERONOMIO 4, 1-2. 6-8

Moisés habló al pueblo diciendo:

Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las leyes que yo les enseño para que las pongan en práctica. Así ustedes vivirán y entrarán a tomar posesión de la tierra que les da el Señor, el Dios de sus padres. No añadan ni quiten nada de lo que yo les ordeno. Observen los mandamientos del Señor, su Dios, tal como yo se los prescribo. Obsérvenlos y pónganlos en práctica, porque así serán sabios y prudentes a los ojos de los pueblos, que al oír todas estas leyes, dirán: “¡Realmente es un pueblo sabio y prudente esta gran nación!” ¿Existe acaso una nación tan grande que tenga sus dioses cerca de ella, como el Señor, nuestro Dios, está cerca de nosotros siempre que lo invocamos? ¿Y qué gran nación tiene preceptos y costumbres tan justas como esta Ley que hoy promulgo en presencia de ustedes?

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
15 (14), 2-5

R.: SEÑOR, ¿QUIÉN HABITARÁ
EN TU CASA?

El que procede rectamente
y practica la justicia;
el que dice la verdad de corazón
y no calumnia con su lengua  R.:

El que no hace mal a su prójimo
ni agravia a su vecino,
el que no estima a quien Dios reprueba
y honra a los que temen al Señor  R.:  

El que no se retracta de lo que juró,
aunque salga perjudicado;
el que no presta su dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que procede así, nunca vacilará  R.:

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DEL LA CARTA DEL
APÓSTOL SANTIAGO 1, 17-18. 21b-27

Mis queridos hermanos:

Todo lo que es bueno y perfecto es un don de lo alto y desciende del Padre de los astros luminosos, en quien no hay cambio ni sombra de declinación. Él ha querido engendrarnos por su Palabra de verdad, para que seamos como las primicias de su creación. Reciban con docilidad la Palabra sembrada en ustedes, que es capaz de salvarlos. Pongan en práctica la Palabra y no se contenten sólo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos. El que oye la Palabra y no la practica, se parece a un hombre que se mira en el espejo, pero en seguida se va y se olvida de cómo es. En cambio, el que considera atentamente la Ley perfecta, que nos hace libres, y se aficiona a ella, no como un oyente distraído, sino como un verdadero cumplidor de la Ley, será feliz al practicarla. Si alguien cree que es un hombre religioso, pero no domina su lengua, se engaña a sí mismo y su religiosidad es vacía. La religiosidad pura y sin mancha delante de Dios, nuestro Padre, consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas cuando están necesitados, y en no contaminarse con el mundo.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

El Padre ha querido engendrarnos por su Palabra de verdad, para que seamos como las primicias de su creación
(Sant 1, 17-18).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN MARCOS 7, 1-8. 14-15. 21-23

Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar. Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce. Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: “¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?” Él les respondió: “¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos. Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres”. Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: “Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre”.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

CREER Y VIVIR.

Un Dios cercano es lo que importa.

En los tres primeros capítulos del libro del Deuteronomio Moisés ha pronunciado su primer discurso, en el que ha recordado los acontecimientos desde el monte Horeb hasta el paso del Jordán. Moisés ha señalado en concreto cómo es Yahvé precisamente el que ha comenzado a revelar su deseo de pacto. Ahora le toca a Israel corresponder con su compromiso: cumplir fielmente ese pacto, la alianza. Así es como podrá alcanzar y poseer la tierra prometida.
En el alma de los israelitas se introduce una reconfortante seguridad: el cumplimiento fiel de la ley procura la bendición o ayuda de Dios y con ella el respeto por parte de todos los pueblos; pues no hay otro pueblo que tenga un Dios como éste, capaz de apoyar totalmente a su pueblo.
Israel, pues, escucha los mandatos que su Dios le enseña a cumplir. Así vive la alianza. Vivir la alianza es la misión de Israel; vivirla siendo totalmente fiel a un Dios que se muestra cercano, a pesar de que no se le ve ni tiene figura. Hoy sucede lo mismo: la misión de la Iglesia no es tanto comentar la resurrección de Jesús, cuanto vivirla; porque así hay que hacer presente entre los hombres a Cristo resucitado.

La esencia del cristianismo

Santiago en su Carta lo dice muy claro: “La religión pura e intachable ante Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas”. Por eso es que frente a cualquier clase de apariencias externas, el apóstol Santiago critica con dureza la preferencia por el rico en detrimento y humillación del pobre. La fe en Jesucristo exige el amor al prójimo y excluye cualquier preferencia que se funde en la riqueza o en el poder. Este tipo de preferencias son contrarias al método de Dios, que “ha escogido a los pobres según el mundo como ricos en la fe y herederos del Reino”. Ciertamente la pobreza verdadera es la que nace de la fe, que genera la confianza en Dios y se traduce en el amor al prójimo. La relación entre el amor a Dios y el amor al prójimo, comenta Benedicto XVI en su Carta encíclica, “Dios es amor”, es inseparable: “ambos están tan estrechamente entrelazados, que la afirmación de amar a Dios es en realidad una mentira si el hombre se cierra al prójimo o incluso lo odia... el amor del prójimo es un camino para encontrar también a Dios, y... cerrar los ojos ante el prójimo nos convierte también en ciegos ante Dios” (n. 16).

Vivir con humildad sin creernos superiores

Los fariseos del Evangelio de hoy se creen los mejores. Se consideran los practicantes irreprochables, virtuosos, sin fallos. Pero a Jesús no lo convencen y, por eso, los pone en entredicho delante de todos. Señala que sus prácticas son inútiles y perjudiciales. Se encierran en sí mismos, en lugar de avanzar hacia Dios y hacia el prójimo. Se consideran puros, “separados”, que es lo que significa la palabra “fariseo”. Endurecen su corazón y no dejan que Dios entre en él. Están equivocados…Los actos religiosos, aunque se practiquen con fervor, no valen para nada si no estamos cerca de los otros. Servir a Dios es también abrirse a la los otros, sean de la condición que sean. Los fariseos, en cambio, se separan de los otros y creen servir a Dios.

Lo que importa es la autenticidad de nuestra vida.
 
Posiblemente pocas cosas nos resultan más desagradables de algunas personas como notar que su conducta no responde a los sentimientos de su corazón. También hoy, como hace veinte siglos, podemos dar demasiada importancia a ciertas rutinas en el trato o en el comportamiento en general, que se supone son propias de personas educadas, honradas, trabajadoras, veraces, amantes de la libertad... Puede suceder, y a veces lamentablemente sucede, que nos quedemos casi solamente en cuidar las formas, desentendiéndonos de si esas actitudes nuestras manifiestan auténticas realidades personales. Es actual en el hombre el pecado de hipocresía; porque la autenticidad de cada uno, para bien o para mal, está en el corazón. 

Alentemos, pues, sentimientos generosos, de honradez, de justicia.
Lo que sale de dentro del corazón es lo que importa.

Padre José Mª Martín, OSA
                   España

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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.