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SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

viernes, 5 de abril de 2013

EVANGELIO DEL DOMINGO

IIº DOMINGO DE PASCUA


“DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA”.


DOMINGO 07 de ABRIL DE 2013
  


PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO DE
LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 5, 12-16

Los Apóstoles hacían muchos signos y prodigios en el pueblo. Todos solían congregarse unidos en un mismo espíritu, bajo el pórtico de Salomón, pero ningún otro se atrevía a unirse al grupo de los Apóstoles, aunque el pueblo hablaba muy bien de ellos. Aumentaba cada vez más el número de los que creían en el Señor, tanto hombres como mujeres. Y hasta sacaban a los enfermos a las calles, poniéndolos en catres y camillas, para que cuando Pedro pasara, por lo menos su sombra cubriera a alguno de ellos. La multitud acudía también de las ciudades vecinas a Jerusalén, trayendo enfermos o poseídos por espíritus impuros, y todos quedaban curados. 

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
118 (117), 2-4. 22-27a

R.:
¡DEN GRACIAS AL SEÑOR,
PORQUE ES BUENO,
PORQUE ES ETERNO SU AMOR!

Que lo diga el pueblo de Israel:
¡es eterno su amor!
Que lo diga la familia de Aarón:
¡es eterno su amor!
Que lo digan los que temen al Señor:
¡es eterno su amor!  R.:

La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
 Esto ha sido hecho por el Señor
y es admirable a nuestros ojos.
Este es el día que hizo el Señor:
alegrémonos y regocijémonos en él  R.:

Sálvanos, Señor,
asegúranos la prosperidad.
¡Bendito el que viene
en nombre del Señor!
Nosotros los bendecimos
desde la Casa del Señor:
El Señor es Dios, y Él nos ilumina  R.:

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO DEL
APOCALIPSIS 1, 9-13. 17-19

Yo, Juan, hermano de ustedes, con quienes comparto las tribulaciones, el Reino y la espera perseverante en Jesús, estaba en la isla de Patmos, a causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús. El Día del Señor fui arrebatado por el Espíritu y oí detrás de mí una voz fuerte como una trompeta, que decía: «Escribe en un libro lo que ahora vas a ver, y mándalo a las siete Iglesias que están en Asia.  Me di vuelta para ver de quién era esa voz que me hablaba, y vi siete candelabros de oro,  y en medio de ellos, a alguien semejante a un Hijo de hombre, revestido de una larga túnica que estaba ceñida a su pecho con una faja de oro.  Al ver esto, caí a sus pies, como muerto, pero Él, tocándome con su mano derecha, me dijo: “No temas: Yo Soy el Primero y el Último, el Viviente. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo la llave de la Muerte y del Abismo. Escribe lo que has visto, lo que sucede ahora y lo que sucederá en el futuro.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

“Ahora crees, Tomás, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!”, dice el Señor
(Jn 20, 29).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN JUAN 20, 19-31

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: “¡La paz esté con ustedes!” Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: “¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, Yo también los envío a ustedes”. Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”. Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: “¡Hemos visto al Señor!” Él les respondió: “Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”. Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡La paz esté con ustedes!” Luego dijo a Tomás: “Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe”. Tomás respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús le dijo: “Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!” Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!


FE Y MISERICORDIA.

“Se hacían lenguas de ellos”.
Después de exponer las notas que distinguen a la primera comunidad de Jerusalén, el autor del Libro de los Hechos subraya cómo se va congregando un grupo cada vez más numeroso de hombres y mujeres que se adhieren al Señor. Los rasgos más característicos de esta comunidad son: el poder de la palabra y los signos que acompañan la predicación apostólica, el favor que el pueblo les dispensa y la fraternidad entre todos los creyentes -comunidad de vida y comunidad de bienes. La iglesia nace y crece como respuesta al Evangelio, es fundación de Dios en Cristo y en sus enviados. Por eso confesamos su origen apostólico. Muchos acudían a los apóstoles, ellos eran un ejemplo atractivo, pues “la gente se hacían lenguas de ellos”. ¿Ocurre lo mismo respecto a la Iglesia actual, continuadora de los apóstoles? El Papa Francisco ha hecho que muchos vuelvan su mirada de nuevo a la Iglesia, está marcando estilo en sentido positivo. ¿Sabremos nosotros imitar su ejemplo?
“Jesucristo es “el que vive”.
En el Apocalipsis tenemos una enumeración de los diversos aspectos de la condición cristiana, que se encuadra como escatológica: la tribulación o la persecución, la prueba inaugurada por el conflicto escatológico de la cruz; la realeza y asociación a la soberanía de Cristo, vencedor de la muerte y de las potencias; la perseverancia o fidelidad en medio de la prueba y de la tentación. Junto a la tribulación y prueba que supone la cruz y el creer en Jesús, está la soberanía, la gloria de saberse vencedores con el resucitado. Para creer esto, en medio de una sociedad no creyente, es preciso mantener viva la fe y la esperanza en el triunfo del Señor. La expresión "el primero y el último" es atribuida a Dios mismo. Aquí se le aplica a Cristo. El título de "el que vive" tiene la misma orientación porque sólo Dios es "el viviente”, por oposición a los ídolos que no tienen vida. Con estas expresiones se quiere patentizar la realeza de Jesús, el dominio sobre la muerte, la veracidad de su programa. El que se afilia al grupo de Jesús comprueba que lo ocurrido en el maestro se realiza también en el discípulo. La comunidad confiesa con estas expresiones su fe en la resurrección. Ni el dinero, ni el poder, ni la opresión, ni la tortura podrán nunca hacer desaparecer del corazón del cristiano la seguridad de que Cristo es "el que vive”.
Hoy Jesucristo resucitado nos dice: "Dichosos los que crean sin haber visto".
Tomás vio y creyó, pero, como dice San Agustín, “quería creer con los dedos”. Tiene que meter sus dedos en las cicatrices para creer. El santo obispo de Hipona se pregunta: ¿y si hubiera resucitado sin las cicatrices? Entonces.....Tomás no hubiera creído, "pero si no hubiera conservado las cicatrices en su cuerpo, no hubiera sanado las heridas de nuestro corazón". Jesús alaba a los que creen sin haber visto por encima de los que creen porque han visto y hasta han podido tocar. Sin embargo Tomás nos resulta cercano porque se parece mucho a nosotros, hombres del siglo XXI tecnificado: queremos comprobar las cosas antes de creerlas. Sin embargo, hay muchas personas que se fían de Jesús, todo ese pueblo sencillo y humilde de las procesiones de Semana Santa nos da ejemplo de confianza, porque creer es fiarse de Aquél que nunca nos falla. Pero, para que nuestra fe sea auténtica, es necesario dar un paso más. No vale sólo con vivir las emociones de un momento. La fe nos compromete y nos anima a seguir a Jesús y a poner en práctica su mensaje, pues “la fe sin obras es una fe muerta”, nos dice Santiago en su Carta.
El mensaje de Jesús en este segundo domingo de Pascua es doble: la paz y la misericordia.
En primer lugar nos trae la paz: “Paz a vosotros”. Es la paz que no puede regalarnos nadie más en la vida, la paz interior, la paz que da sentido a nuestra vida y la plenifica. Por eso, los discípulos “se llenaron de alegría al ver al Señor”. Hay algo que todavía no tenemos asumido los que nos decimos seguidores de Jesús: tenemos que ser misericordiosos. Jesús nos envía a perdonar no a condenar, es el Evangelio de la misericordia lo que nos trae. Lo ha recordado el Papa Francisco: “Dios no se cansa de perdonar”. Nos ha dicho, además, que tenemos que anunciar la misericordia de Dios. Nosotros tenemos que ser mensajeros de perdón, aprender a perdonarnos primero a nosotros mismos y ser instrumentos de perdón y reconciliación para todos. Este es el Evangelio auténtico. Quizá muchos no dan el paso de entrar en nuestras celebraciones desde la calle después de las procesiones porque no ven en nosotros esos signos evangélicos de paz, misericordia y alegría. Hoy es el día de la "Divina misericordia". Que la celebración de este día nos ayude a ser misericordiosos y compasivos todo el año.
Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.