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SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

martes, 31 de julio de 2012

EVANGELIO DEL DOMINGO

XVIIIº DOMINGO DEL TIEMPO COMÚN
DE LA IGLESIA


 
“SATISFECHOS… ¿DE QUÉ?”

DOMINGO 05 DE AGOSTO DE 2012

PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO
DEL ÉXODO 16, 2-4. 12-15

En el desierto, los israelitas comenzaron a protestar contra Moisés y Aarón. “Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto, les decían, cuando nos sentábamos delante de las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. Porque ustedes nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda esta asamblea”. Entonces el Señor dijo a Moisés: “Yo haré caer pan para ustedes desde lo alto del cielo, y el pueblo saldrá cada día a recoger su ración diaria. Así los pondré a prueba, para ver si caminan o no de acuerdo con mi ley”. “Yo escuché las protestas de los israelitas. Por eso, háblales en estos términos: A la hora del crepúsculo ustedes comerán carne, y por la mañana se hartarán de pan. Así sabrán que Yo, el Señor, soy su Dios”. Efectivamente, aquella misma tarde se levantó una bandada de codornices que cubrieron el campamento; y a la mañana siguiente había una capa de rocío alrededor de él. Cuando esta se disipó, apareció sobre la superficie del desierto una cosa tenue y granulada, fina como la escarcha sobre la tierra. Al verla, los israelitas se preguntaron unos a otros: “¿Qué es esto?” Porque no sabían lo que era. Entonces Moisés les explicó: “Este es el pan que el Señor les ha dado como alimento”.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
78 (77), 3-4. 23-25. 54

R.: EL SEÑOR LES DIO COMO ALIMENTO
UN TRIGO CELESTIAL.

Lo que hemos oído y aprendido,
lo que nos contaron nuestros padres,
lo narraremos a la próxima generación:
son las glorias del Señor y su poder R.:   

Mandó a las nubes en lo alto
y abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos el maná,
les dio como alimento un trigo celestial  R.:   

Todos comieron un pan de ángeles,
les dio comida hasta saciarlos.
Los llevó hasta su Tierra santa,
hasta la Montaña que adquirió con su mano R.:     

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DEL LA CARTA DEL
APÓSTOL SAN PABLO A LOS
CRISTIANOS DE ÉFESO 4, 17. 20-24

Hermanos:

Les digo y les recomiendo en nombre del Señor: no procedan como los paganos, que se dejan llevar por la frivolidad de sus pensamientos. Pero no es eso lo que ustedes aprendieron de Cristo, si es que de veras oyeron predicar de Él y fueron enseñados según la verdad que reside en Jesús. De Él aprendieron que es preciso renunciar a la vida que llevaban, despojándose del hombre viejo, que se va corrompiendo dejándose arrastrar por los deseos engañosos, para renovarse en lo más íntimo de su espíritu y revestirse del hombre nuevo, creado a imagen de Dios en la justicia y en la verdadera santidad.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios
(Mt 4, 4b).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN JUAN 6, 24-35

Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo llegaste?” Jesús les respondió: “Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es Él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello”. Ellos le preguntaron: “¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?” Jesús les respondió: “La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que Él ha enviado”. Y volvieron a preguntarle: “¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo”. Jesús respondió: “Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo”. Ellos le dijeron: “Señor, danos siempre de ese pan”. Jesús les respondió: “Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed”.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

¿ACUDIMOS A JESÚS?

Dios vela por nosotros

Los Judíos, en el desierto, a pesar de sus protestas e impaciencias, recibieron algo para comer: ellos recibieron el maná milagroso, ellos encontraron comida para esta vida terrenal gracias a la intervención del propio Dios. La Providencia esta siempre ahí, cuidándonos y proveyéndonos todas nuestras necesidades, principalmente nuestras más urgentes necesidades. Así como Jesús reveló a los judíos de su tiempo la acción de Dios en su vida cotidiana, en la misma manera, Él nos enseña a reconocer, poco a poco, como el tiempo pasa, que su Padre esta incesantemente trabajando para prodigarnos su amor y su ayuda!

El alimento que nos da plenitud.

Las cosas de este mundo, siempre nuevas, siempre más abundantes, nunca podrán ser suficientes para saciarnos. Nos entretienen pero no nos llenan. Su poder es tan transitorio como nuestra vida. ¿Existe algo que pueda darnos plenitud? Cuando Jesús dio de comer a los cinco mil hombres en el descampado y éstos quisieron hacerlo rey, Jesús les dijo: “Me buscáis no porque habéis visto signos sino porque os he dado de comer. Trabajad por el alimento que perdura”. Necesitamos las cosas de cada día pero tenemos que encontrar la conexión que tienen con las cosas que pueden darnos paz y crear armonía en nuestra vida más profunda. Sólo Dios permanece para siempre. Alimentar el cuerpo es fácil pero llenar el alma, el espíritu… sólo Dios tiene poder para hacerlo. El trabajo de los hombres es comer y dar de comer a todos. El trabajo de Jesús es darnos de comer el pan de vida, en este aquí y ahora, para el mañana y para siempre.

Dios encarnado

El discurso del pan de vida es una clara invitación a encarnar en nuestra vida personal y comunitaria a Jesús y su opción por la vida. ¿Quién es Jesús para nosotros? ¿Le buscamos porque queremos saciar nuestra hambre corporal o más bien para satisfacer nuestra sed de plenitud? ¿Trabajamos nosotros solamente por la comida perecedera, o más bien trabajamos nosotros además suficientemente por la comida que permanece para vida eterna? ¿Qué significa comer la carne de Jesús? El don de Dios se nos da a través de la carne, o sea, a través de lo humano. En Jesús, la Palabra eterna del Padre asumió lo humano con toda su realidad. Jesús, con su vida y su palabra nos mostró cómo es Dios encarnado: compasivo, misericordioso, fiel, capaz de servir y dar la vida por amor. Ese es el pan vivo bajado del cielo, es decir, ese es el verdadero culto a Dios: asumir la vida tal como la asumió Jesús. Comer la carne y beber la sangre de Jesús significan vivir como Él, en entrega, servicio, dedicación y dispuestos a dar la vida por su causa. Ahí está la vida eterna. Celebrar la Eucaristía no es tanto un acto piedad individual; mi Dios y yo, en íntima estrechez (a veces egoísta estrechez). Si convertimos la Eucaristía en un acto individualista e intimista, por más santidad y adoración que se le ponga, no deja de ser un culto vacío, que no conduce a la vida, “como el que comieron sus padres y murieron”. 

Que nuestras eucaristías sean realmente comulgar en todo nuestro ser con Cristo encarnado en el hoy de nuestra historia para tener vida eterna.

Padre José Mª Martín, OSA
                   España.
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.