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SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

EVANGELIO DEL DOMINGO

XXXIV DOMINGO DEL TIEMPO
COMÚN DE LA IGLESIA




SOLEMNIDAD DE
CRISTO REY DEL UNIVERSO

DOMINGO 25 DE NOVIEMBRE DE 2012

PRIMERA LECTURA.

TOMADA DE LA PROFECÍA
DE DANIEL 7, 13-14

Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas, y vi que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; Él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta Él. Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
93 (92), 1-2. 5

R.: ¡REINA EL SEÑOR,
REVESTIDO DE MAJESTAD!

¡Reina el Señor,
revestido de majestad!
El Señor se ha revestido,
se ha ceñido de poder  R.:

El mundo está firmemente establecido:
¡no se moverá jamás!
Tu trono está firme desde siempre,
tú existes desde la eternidad  R.:

Tus testimonios, Señor,
son dignos de fe,
la santidad embellece tu Casa
a lo largo de los tiempos  R.:

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO DEL
APOCALIPSIS 1, 5-8

Jesucristo, es el Testigo fiel, el Primero que resucitó de entre los muertos, el Rey de los reyes de la tierra. Él nos amó y nos purificó de nuestros pecados, por medio de su sangre, e hizo de nosotros un Reino sacerdotal para Dios, su Padre. ¡A Él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén. ¡Miren! Él viene entre las nubes y todos lo verán, aun aquellos que lo habían traspasado. Por Él se golpearán el pecho todas las razas de la tierra. Sí, así será. Amén. Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David!
(Mc 11, 10).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN JUAN 18, 33-37

Pilato llamó a Jesús y le preguntó: “¿Eres tú el rey de los judíos?” Jesús le respondió: “¿Dices esto por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?” Pilato replicó: “¿Acaso yo soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos. ¿Qué es lo que has hecho?” Jesús respondió: “Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que Yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí”. Pilato le dijo: “¿Entonces tú eres rey?”  Jesús respondió: “Tú lo dices: Yo Soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz”.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

NO ES DE ESTE MUNDO,
PERO COMIENZA EN ESTE MUNDO.

El Reino de Dios está dentro de nosotros

Celebramos la fiesta que clausura el Año litúrgico, Jesucristo Rey del universo. Jesús afirmó en distintas oportunidades que el Reino de Dios ya había llegado y que en esto consistía la Buena Noticia. Para entrar en él era preciso convertirse, cambiar de mentalidad, creer en su palabra, creer en su persona, seguirlo. Sus parábolas y sus enseñanzas se referían al Reino; sus milagros atestiguaban que el Espíritu de Dios estaba con Él y que el Reino de Dios se hacía presente. Ante quienes esperaban su llegada al modo de un triunfo rotundo sobre los dominadores romanos, con la intervención de un Mesías político que impusiera su autoridad mediante un régimen de prodigios y milagros continuos, o con la abundancia del pan y de los bienes temporales, Jesús afirmaba: “El Reino de Dios no viene ostensiblemente, porque el Reino de Dios está entre vosotros”. Él nos habló del inicio real de este Reino bajo apariencias humildes e insignificantes, como la diminuta semilla de mostaza, o como la pequeña cantidad de levadura que fermenta toda la masa, o como el crecimiento misterioso de la semilla, que bajo la tierra se transforma silenciosamente y escapa a nuestro control. Así nos enseñaba que de lo pequeño y oculto, de lo que está envuelto en el silencio y es pobre en apariencias, puede surgir lo más grande.

No es de este mundo, pero sí “para este mundo”.
 
Cuando Pilato preguntó a Jesús si era rey le contestó claramente. “Tú lo dices: soy rey, pero mi reino no es de este mundo”. Lo que quiso decir es que Él no era un rey como los de este mundo. Cristo vino a traer la vida y la salvación a cada ser humano: su misión no fue solo y específicamente de orden social, económico o político. Cristo no confió a su Iglesia una misión social, económica o política, sino más bien religiosa. Sin embargo sería un error pensar que cada cristiano en particular debe estar ausente de estos ámbitos de la vida social. Los cristianos están llamados por Dios a insertarse en el mundo a fin de transformarlo según el Evangelio. Un cristiano debe colaborar con alegría en la promoción de la verdadera cultura, porque sabe que la Buena Noticia de Cristo refuerza en el hombre los valores espirituales que se hallan en el corazón de la cultura de cada pueblo y de cada período de la historia. El cristiano ayudará a su propio pueblo a lograr una verdadera libertad y la capacidad de hacer frente a los desafíos de los tiempos. 

Comprometernos en la construcción del reino

Las obligaciones de un buen ciudadano cristiano no pueden reducirse a evitar la corrupción, o a no explotar a los demás, sino que incluyen una contribución positiva al establecimiento de leyes justas y estructuras que sostengan los valores humanos. Cuando un hombre o mujer cristiana se encuentre con la injusticia o con algo que esté en contra del amor, la paz y la unidad de la sociedad, tiene que intentar cambiarlo. ¿Cómo permanecer con los brazos cruzados, cuando a alguien le echan de su propia casa para vivir en la calle? Para descubrir la presencia de este Reino, es preciso que los ojos de la mente estén iluminados por la luz de la fe. El Reino se hace presente en nuestro tiempo histórico en cada gesto de amor, en la negación del pecado y del egoísmo, en cada victoria sobre las tentaciones y las seducciones del mundo, que invitan al camino fácil. Jesús predicó el camino estrecho y la puerta angosta. La clave de la renovación de este mundo está en nuestro propio corazón. El lugar donde triunfa el reinado de Cristo es el santuario de nuestra conciencia. Sólo desde allí se hará luego visible y se irradiará y se contagiará, dando lugar a una convivencia fraterna y armoniosa, a una sociedad reconciliada, a leyes que respeten íntegramente la dignidad del hombre. Su reino no es de este mundo, pero comienza en este mundo. Lo primero es que Jesús reine en nuestro corazón, así surgirá nuestro compromiso para transformar el mundo. El reino de Dios no termina aquí, llegará a su plenitud en el más allá, pero no podemos olvidarnos que “ya” está aquí.


Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.