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SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

martes, 22 de mayo de 2012

EVANGELIO DEL DOMINGO

DOMINGO DE PENTECOSTÉS



“¡ DEJEMOS QUE EL ESPÍRITU NOS GUÍE !”

DOMINGO 27 DE MAYO DE 2012

PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO DE
LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 2, 1-11

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse. Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo. Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Con gran admiración y estupor decían: “¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua? Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios”.

Palabra de Dios:
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
104 (103), 1a. 24. 29b-31. 34

R.: SEÑOR, ENVÍA TU ESPÍRITU
Y RENUEVA LA FAZ DE LA TIERRA

Bendice al Señor, alma mía: ¡
Señor, Dios mío, qué grande eres!
Qué variadas son tus obras, Señor!
¡Todo lo hiciste con sabiduría,
la tierra está llena de tus criaturas!  R.:

Si les quitas el aliento,
expiran y vuelven al polvo.
Si envías tu aliento, son creados,
y renuevas la superficie de la tierra  R.:

¡Gloria al Señor para siempre,
alégrese el Señor por sus obras!
Que mi canto le sea agradable,
y yo me alegraré en el Señor  R.:

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DE LA PRIMERA CARTA DEL
APÓSTOL SAN PABLO A LOS
CRISTIANOS DE CORINTO 12, 3b-7. 12-13

Hermanos:

Nadie puede decir: “Jesús es el Señor”, si no está impulsado por el Espíritu Santo. Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos. En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común. Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y sin embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo -judíos y griegos, esclavos y hombres libres- y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.

Palabra de Dios:
Te alabamos, Señor.

SECUENCIA

Ven, Espíritu Santo,
y envía desde el cielo un rayo de tu luz.
Ven, Padre de los pobres,
ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz.
Consolador lleno de bondad,
dulce huésped del alma,
suave alivio de los hombres.
Tu eres descanso en el trabajo,
templanza de las pasiones,
alegría en nuestro llanto.
Penetra con tu luz en lo más íntimo
del corazón de tus fieles.
Sin tu ayuda divina
no hay nada en el hombre,
nada que sea inocente.
Lava nuestras manchas,
riega nuestra aridez,
sana nuestras heridas.
Suaviza nuestra dureza,
elimina con tu calor nuestra frialdad,
corrige nuestros desvíos.
Concede a tus fieles, que confían en ti,
tus siete dones sagrados.
Premia nuestra virtud,
salva nuestras almas,
danos la eterna alegría.

¡ ALELUYA !

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

¡ ALELUYA !

EVANGELIO

EVANGELIO DE NUESTRO
SEÑOR JESUCRISTO,
SEGÚN SAN JUAN 20, 19-23

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: “¡La paz esté con ustedes!” Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: “¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, Yo también los envío a ustedes”. Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”.

Palabra de Dios:
¡ Gloria a ti, Señor Jesús !

LA HORA DEL LAICADO

CELEBRAMOS LA FIESTA DEL ESPÍRITU SANTO.

Los Hechos de los Apóstoles nos dicen que, tras la ascensión de Jesús, los discípulos volvieron a Jerusalén, tal como Jesús les había ordenado. Se encontraban todos reunidos tras la elección de Matías, cuando se produjo de repente un viento muy fuerte que invadió toda la casa y aparecieron como divididas unas lenguas de fuego que se posaron sobre ellos. En el capítulo primero había dicho que eran “unos 120”. ¿Recibieron todos el Espíritu Santo o sólo los apóstoles? San Agustín, comentando este texto dice que lo recibieron todos y no sólo eso, sino que también ahora se nos otorga a nosotros el Espíritu Santo y nos da un consejo para poder recibirlo: “conservad la caridad, amad la verdad, desead la unidad, a fin de llegar a la eternidad”.

CARISMAS Y MINISTERIOS.

Como nos dice San Pablo en la Primera Carta a los Corintios quien ama tiene el Espíritu Santo, que se manifiesta en los dones que nos concede. El actúa en nosotros, aunque cada uno reciba un don o carisma. La palabra “jaris” -del griego- significa carisma o regalo gratuito que Dios nos da. ¿Reconoces en ti algún don del Espíritu? Lo has recibido no para que te lo guardes, sino para ponerlo al servicio de la comunidad. A cada carisma corresponde un ministerio -ministerium en latín- que significa servicio o función. ¿Qué función desempeñas tú en la Iglesia?

TODOS SOMOS MIEMBROS DEL CUERPO DE CRISTO.

Pero al igual que ocurre en el cuerpo humano, cada miembro desempeña una función. Es la hora del laico en la Iglesia. Laico es todo bautizado miembro del pueblo de Dios -”laos” en griego significa pueblo. Sin la colaboración de todos los miembros un cuerpo no puede funcionar. Si un miembro se echa para atrás o se resiente, todos sufren. Así es la Iglesia. En ella todos somos importantes, por ello es urgente que los laicos, que son la mayoría de los cristianos, encuentren su lugar y su carisma dentro de la Iglesia; así podrán desarrollarse de verdad los ministerios laicales. Pero para ello el laico o seglar tiene que abandonar su pasividad y participar plenamente en la vida de su comunidad. Pero se presentan dos grandes retos:

-1º hay que comenzar con la formación para que los laicos pasen de la infancia en la fe a la edad adulta;
-2º los clérigos deben compartir su responsabilidad con los laicos y dejar que estos también sean parte activa de la vida de la comunidad.

LOS SÍMBOLOS DE LA LLEGADA DEL ESPÍRITU SON MUY CLAROS.

El viento ayuda a renacer, a dar vida, todo lo vuelve nuevo. El fuego purifica, da autenticidad y repara lo que está torcido. Dejemos que el Espíritu renueve nuestros corazones, encienda su luz en nosotros, que penetre en nuestra alma y sea nuestro consuelo, que nos enriquezca y llene nuestro vacío, que nos envíe su aliento para vencer el pecado. Los dones que nos regala son actuales. El don de sabiduría nos capacita para distinguir la realidad de la fantasía, nos hace encontrar el secreto de la felicidad: la entrega total a Dios. La inteligencia nos ayuda a distinguir los signos de los tiempos y aceptar los cambios necesarios. El consejo nos da la posibilidad de descubrir cuál es el buen camino que hay que seguir. La piedad nos ayuda a vivir la espiritualidad y nos aleja del materialismo. La ciencia nos permite descubrir cómo son las cosas, aunque no nos dé el sentido último de las mismas que nos viene por la fe. El temor de Dios, entendido como debe ser, nos hace realizar por amor lo que Dios espera de nosotros. La fortaleza es necesaria para asumir compromisos auténticos sin miedo al mañana. Siéntete enviado por Jesús a anunciar la Buena Nueva con la ayuda del Espíritu Santo que siempre está con nosotros.

Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.