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SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

miércoles, 10 de octubre de 2012

EVANGELIO DEL DOMINGO

XXVIIIº DOMINGO DEL TIEMPO COMÚN
DE LA IGLESIA



“EL TREMENDO PELIGRO

DE LAS RIQUEZAS”

DOMINGO 14 DE OCTUBRE DE 2012

PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO
DE LA SABIDURÍA 7, 7-11

Oré, y me fue dada la prudencia, supliqué, y descendió sobre mí el espíritu de la Sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y tuve por nada las riquezas en comparación con ella. No la igualé a la piedra más preciosa, porque todo el oro, comparado con ella, es un poco de arena; y la plata, a su lado, será considerada como barro. La amé más que a la salud y a la hermosura, y la quise más que a la luz del día, porque su resplandor no tiene ocaso. Junto con ella me vinieron todos los bienes, y ella tenía en sus manos una riqueza incalculable.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
90 (89), 12-17

R.: SEÑOR, SÁCIANOS CON TU AMOR

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...?
Ten compasión de tus servidores  R.:

Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Alégranos por los días en que nos afligiste,
por los años en que soportamos la desgracia  R.:

Que tu obra se manifieste a tus servidores,
y que tu esplendor esté sobre tus hijos.
Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor;
que el Señor, nuestro Dios,
haga prosperar la obra de nuestras manos  R.:

SEGUNDA LECTURA.                 

TOMADA DE LA CARTA A
LOS HEBREOS 4, 12-13

Hermanos:

La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Ninguna cosa creada escapa a su vista, sino que todo está desnudo y descubierto a los ojos de Aquel a quien debemos rendir cuentas.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos
(Mt 5, 3).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN MARCOS 10, 17-27

Cuando Jesús se puso en camino, un hombre corrió hacia Él y, arrodillándose, le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?“ Jesús le dijo: “¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre“. El hombre le respondió: “Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud”. Jesús lo miró con amor y le dijo: “Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme“. Él, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: “¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!“ Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: “Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios“. Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: “Entonces, ¿quién podrá salvarse?“ Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: “Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Él todo es posible“.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

¿POR QUIEN OPTAMOS?

La auténtica sabiduría

La primera lectura nos habla de una sabiduría que viene de Dios y que conduce a los hombres a Dios. Salomón es el prototipo de los sabios de Israel, por eso a él se atribuye la autoría de este libro, aunque no fue él quien lo escribió, pues es varios siglos posterior a él. Salomón prefirió la sabiduría al poder, a las riquezas a la salud, a la belleza y al bienestar. Si estos son justamente los valores de nuestra sociedad, no es de extrañar que haya tan pocos sabios en nuestros días. La verdadera sabiduría consiste no en saber muchas cosas, sino en conocer y practicar lo que es realmente necesario. Por la sabiduría, reflejo de Dios en su creación, todo adquiere coherencia. Así llega el hombre a participar de la naturaleza divina, de la inmortalidad. Para los cristianos no hay sabiduría mayor, y sabio es el que sigue a Jesucristo. Pablo nos dice que, por su parte, no quiere saber nada excepto a Jesucristo, y éste crucificado.

La Palabra de Dios ilumina nuestra vida

Dos versículos maravillosos constituyen la segunda lectura, donde se describe la Palabra como algo vivo que tiene el poder de penetrar en los reductos más íntimos de nuestro espíritu, juzgando todos los secretos de nuestra vida. La Palabra de Dios no solo es evangelio, buena nueva, alegre noticia: Dios nos ama y nos salva por pura gracia, por pura generosidad. También es juicio crítico ante todo aquel que voluntariamente se resiste, porque su eficacia no es mágica, depende de la aceptación por la fe; pero nunca vuelve a Dios vacía. Debo ponerme cada día frente a la Palabra de Dios como frente a un espejo y dejar que esa Palabra de Dios desenmascare mis intenciones secretas y mis escapatorias. Este es el juicio que produce la Palabra de Dios; es un diálogo, una tensión dialéctica entre nuestros pensamientos, emociones, sentimientos, acciones y la Palabra de Dios, la cual nos juzga y ante la cual somos juzgados.

La condición para entrar en el Reino de Dios

No se puede dudar de la sinceridad y de la honradez de la persona. Mateo en su evangelio dirá que es un joven- que se acerca a Jesús. Cumple efectivamente las normas generales de la Ley y no se contenta con ello. Por eso Jesús le mira con complacencia y con amor. Pero Jesús le explica que entrar en el Reino de Dios, es decir, en la alternativa que Él propone, es vivir un tipo de vida en el que el dinero no es un valor. Y esto sólo es posible en la medida en que se descubre otro valor radical: Dios. El descubrimiento de Dios lleva a un modelo de vida fraterno, realmente nuevo y desusado en nuestros ambientes cristianos. No pertenecer al Reino no significa ser malo o estar condenado. El rico que se acercó a Jesús no era malo ni fue odiado por Él. Pero mientras la alternativa de Jesús no sea una realidad, todo seguirá sin cambiar, incluso con hombres buenos. Todos los ideales de este rico se vienen abajo ante la dificultad de cumplir la condición necesaria. No tuvo valor para dejar las riquezas. Y prefirió seguir el camino de los fariseos, que veían en las riquezas una señal de la propia justicia -un premio de Dios a los justos- y un medio para acrecentarla haciendo limosnas. Este modo de ganar el cielo con las limosnas permite, y hasta justifica, conservar y aumentar las riquezas. Jesús advierte ahora en general lo difícil que va a ser a los ricos seguir su camino y entrar en el Reino de Dios. Se trata de un refrán popular en el que se contrapone el menor agujero al mayor animal de carga. Con él se expresa la mayor dificultad. El “ojo de la aguja” es la distribución de las riquezas. Los ricos pasan por todo menos por eso Jesús no dice que el rico no se salvará, sino que “no entrará en el Reino de Dios”, que consiste en compartir desde ahora las inquietudes, la alegría y la libertad de Cristo.

¿Por quién optamos, por Jesucristo, o por el dinero?


Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.