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SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

jueves, 18 de abril de 2013

EVANGELIO DEL DOMINGO

IVº DOMINGO DE PASCUA



“ESCUCHAR PARA HABLAR”.

DOMINGO 21 DE ABRIL DE 2013


PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO
LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 13, 14. 43. 52

En aquellos días: Pablo y Bernabé continuaron su viaje, y de Perge fueron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y se sentaron. Cuando se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos que adoraban a Dios siguieron a Pablo y a Bernabé. Estos conversaban con ellos, exhortándolos a permanecer fieles a la gracia de Dios. Casi toda la ciudad se reunió el sábado siguiente para escuchar la Palabra de Dios. Al ver esa multitud, los judíos se llenaron de envidia y con injurias contradecían las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé, con gran firmeza, dijeron: “A ustedes debíamos anunciar en primer lugar la Palabra del Señor, pero ya que la rechazan y no se consideran dignos de la Vida eterna, nos dirigimos ahora a los paganos. Así nos ha ordenado el Señor: “Yo te he establecido para ser la luz de las naciones, para llevar la salvación hasta los confines de la tierra”. Al oír esto, los paganos, llenos de alegría, alabaron la Palabra de Dios, y todos los que estaban destinados a la Vida eterna abrazaron la fe. Así la Palabra del Señor se iba extendiendo por toda la región. Pero los judíos instigaron a unas mujeres piadosas que pertenecían a la aristocracia y a los principales de la ciudad, provocando una persecución contra Pablo y Bernabé, y los echaron de su territorio. Estos, sacudiendo el polvo de sus pies en señal de protesta contra ellos, se dirigieron a Iconio. Los discípulos, por su parte, quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
100 (99), 1-3. 5

R.:
SOMOS SU PUEBLO
Y OVEJAS DE SU REBAÑO.

Aclame al Señor toda la tierra,
sirvan al Señor con alegría,
lleguen hasta Él con cantos jubilosos  R.:

Reconozcan que el Señor es Dios:
Él nos hizo y a Él pertenecemos;
somos su pueblo y ovejas de su rebaño  R.:

¡Qué bueno es el Señor!
Su misericordia permanece para siempre,
y su fidelidad por todas las generaciones   R.:

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO DEL
APOCALIPSIS 7, 9. 14-17

Yo, Juan, vi una enorme muchedumbre, imposible de contar, formada por gente de todas las naciones, familias, pueblos y lenguas. Estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, vestidos con túnicas blancas; llevaban palmas en la mano. Y uno de los Ancianos me dijo: “Éstos son los que vienen de la gran tribulación; ellos han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios y le rinden culto día y noche en su Templo. El que está sentado en el trono extenderá su carpa sobre ellos: nunca más padecerán hambre ni sed, ni serán agobiados por el sol o el calor. Porque el Cordero que está en medio del trono será su Pastor y los conducirá hacia los manantiales de agua viva. Y Dios secará toda lágrima de sus ojos”.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN AL EVANGELIO.

¡ALELUYA!

“Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí”, dice el Señor
(Jn 10, 14).

¡ALELUYA!


EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN JUAN 10, 27-30

Jesús dijo: Mis ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y Yo somos una sola cosa.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

BUENOS PASTORES Y BUENAS OVEJAS

Evangelio para todos.

La primera lectura, del Libro de los Hechos, es uno de los textos fundamentales para conocer la apertura del mensaje evangélico a todas las gentes. Vemos cómo se produce el rechazo de la comunidad judía y la reacción de Pablo de ir a otros que lo aceptan. La hostilidad de los judíos pone aún más de relieve el coraje de los apóstoles y descubre las dos actitudes que pueden adoptarse ante el Evangelio: los judíos lo rechazan y se quedan con sus prejuicios, los gentiles lo aceptan y alcanzan la “vida eterna”. Es verdad que también entre los gentiles Pablo encontrará dificultades… Pero la enseñanza del texto es que no debe haber un monopolio del mensaje evangélico, no se puede encorsetar la Palabra en formas concretas predeterminadas por tradiciones que pueden ser superadas por la dinámica del evangelio. Hay que ser fuertes para pasar por encima de las resistencias. Así surgirá la alegría final de haber hecho lo que teníamos que hacer. ¿Quién no se da cuenta que junto a la Iglesia actual todavía hay “prosélitos?”, o sea, hombres de buena voluntad, que esperan que se les predique un evangelio realmente abierto a todos, y para los cuales no hay cabida en nuestras asambleas. Pero la misión ha de continuar mientras haya ciudades en el mundo que aún no hayan escuchado el evangelio. La historia se repite muchas veces…


Pastores que están en medio de las ovejas y dan vida eterna.

El pastor y las ovejas es una imagen clásica en la literatura bíblica. Muchos profetas se sirvieron de ella cuando quisieron hablar de las relaciones entre Dios y su Pueblo. Es una imagen cotidiana en una economía agrícola y ganadera. Las ovejas representan a los seguidores de Jesús, el Buen Pastor, que da su vida por ellas. El Papa nos ha recordado recientemente que “los pastores tienen que oler a oveja”, es decir tienen que estar en medio del pueblo, compartir sus sufrimientos y sus gozos. El auténtico pastor “conoce a sus ovejas” y les da vida. He aquí una expresión típica de Juan: “vida eterna”. Esta es la vida que Jesús, el Pastor, da a cuantos creen en Él y le siguen. Juan escribe su evangelio para que, creyendo en Jesús, tengamos vida eterna. Quiere decir todo esto que Juan entiende la “vida eterna” como algo que se inicia ya en este mundo. Jesús está convencido de que nada ni nadie puede apartar de sus brazos a los que son “suyos” y a los que Él ama. Por eso, cuantos creen en Jesús tienen su vida eterna guardada en las mejores manos y no morirán para siempre. Porque Jesús y el Padre son uno.

¿Y las ovejas?

“Mis ovejas escuchan mi voz y me siguen”, dice Jesús. Lo primero que tenemos que hacer es escuchar la Palabra de Dios, para después hacerla vida en nosotros y seguir a Jesús a Jesús. El seguimiento de Jesús comporta un comportamiento consecuente con el Evangelio. El seguimiento es la norma de moralidad para el cristiano. A este respecto escribe San Agustín: “¡Lejos de nosotros afirmar que faltan ahora buenos pastores; lejos de nosotros el que falten, lejos de su misericordia el que no los haga nacer y otorgue! En efecto, si hay ovejas buenas, hay también pastores buenos, pues de las buenas ovejas salen buenos pastores. Pero todos los buenos pastores están en uno, son una sola cosa. Apacientan ellos: es Cristo quien apacienta. Los amigos del esposo no dicen que es su voz propia, sino que gozan de la voz del esposo”.


Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.

miércoles, 10 de abril de 2013

EEVANGELIO DEL DOMINGO



IIIº DOMINGO DE PASCUA



“EN TU NOMBRE, SEÑOR”.


DOMINGO 14 de ABRIL DE 2013



PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO DE
LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 5, 27-32. 40-41

Cuando los Apóstoles fueron llevados al Sanedrín, el Sumo Sacerdote les dijo: “Nosotros les habíamos prohibido expresamente predicar en ese Nombre, y ustedes han llenado Jerusalén con su doctrina. ¡Así quieren hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre!” Pedro, junto con los Apóstoles, respondió: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, al que ustedes hicieron morir suspendiéndolo del patíbulo. A Él, Dios lo exaltó con su poder, haciéndolo Jefe y Salvador, a fin de conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de estas cosas, nosotros y el Espíritu Santo que Dios ha enviado a los que le obedecen”. Llamaron a los Apóstoles, y después de hacerlos azotar, les prohibieron hablar en el nombre de Jesús y los soltaron. Los Apóstoles, por su parte, salieron del Sanedrín, dichosos de haber sido considerados dignos de padecer por el nombre de Jesús.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
30 (29), 2. 4-6. 11-12a. 13b

R.:
YO TE GLORIFICO, SEÑOR,
PORQUE TU ME LIBRASTE.

Yo te glorifico, Señor,
porque tú me libraste
y no quisiste que mis enemigos
se rieran de mí.
Tú, Señor, me levantaste del Abismo
y me hiciste revivir,
cuando estaba
entre los que bajan al sepulcro  R.:


Canten al Señor, sus fieles;
den gracias a su santo Nombre,
porque su enojo dura un instante,
y su bondad, toda la vida:
si por la noche se derraman lágrimas,
por la mañana renace la alegría  R.:

“Escucha, Señor, ten piedad de mí;
ven a ayudarme, Señor”.
Tú convertiste mi lamento en júbilo.
¡Señor, Dios mío,
te daré gracias eternamente!  R.:

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO EL
APOCALIPSIS 5, 11-14

Yo, Juan, oí la voz de una multitud de Ángeles que estaban alrededor del trono, de los Seres Vivientes y de los Ancianos. Su número se contaba por miles y millones, y exclamaban con voz potente: “El Cordero que ha sido inmolado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza”. También oí que todas las criaturas que están en el cielo, sobre la tierra, debajo de ella y en el mar, y todo lo que hay en ellos, decían: “Al que está sentado sobre el trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria y poder, por los siglos de los siglos”. Los cuatro Seres Vivientes decían: “¡Amén!”, y los Ancianos se postraron en actitud de adoración.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

Resucitó Cristo, que creó todas las cosas y tuvo misericordia de su pueblo.


¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN JUAN 21, 1-14

Después de esto, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: “Voy a pescar”. Ellos le respondieron: “Vamos también nosotros”. Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era Él. Jesús les dijo: “Muchachos, ¿tienen algo para comer?” Ellos respondieron: “No”. Él les dijo: “Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán”. Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: “¡Es el Señor!”. Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo: “Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar”. Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: “Vengan a comer”. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: “¿Quién eres?”, porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

VALENTÍA Y CONFIANZA EN EL SEÑOR.

Jesús nos acompaña en la misión.

El capítulo 21 del Evangelio según San Juan está cargado de simbolismo. La escena de la pesca es muy semejante a la que Lucas narra en el capítulo 5 de su evangelio. La diferencia es que ahora Jesús es el Señor resucitado. El vencedor de la muerte dice a sus discípulos: “echad la red”. Los siete discípulos representan a toda la Iglesia, que debe dar testimonio de su fe; los 153 peces quizá simbolicen el número de naciones conocidas entonces, porque a todos se les anuncia la Buena Noticia. Al principio no pescan nada, pues sin la presencia de Jesús la Iglesia no puede nada, aunque emplee los medios más modernos en la transmisión de la fe. Pero Él está con nosotros y nos dice de nuevo: “Echad las redes”.

Tenemos que ser coherentes y valientes.

Hemos de hacer realidad en nuestra vida aquello que a los Apóstoles les causó la cárcel, pero que les dio la verdadera paz y felicidad que vienen de Dios: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. El Señor habla, sigue hablando y a cada uno en particular nos pide cosas concretas a través de las mil circunstancias de la vida ordinaria. Hemos de ser valientes: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Por ser coherentes con su compromiso sufrieron mil penalidades: “Azotaron a los Apóstoles, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los Apóstoles salieron del consejo contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús”. Los Apóstoles no eran en su caminar por la tierra seres anormales, masoquistas… Pero sí eran personas enamoradas y el amor lo sufre todo con felicidad. Se esforzaron por llevar a Cristo en el corazón, y ponerlo en los corazones de los demás. “Cristo una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más, la muerte ya no tiene dominio sobre Él”, proclamaron con entusiasmo. Ya lo decía San Bernardo: “creed al experimentado”. La Iglesia desde el principio aparece como signo de contradicción, por eso es perseguida. El anuncio valiente del Evangelio puede acarrear persecución por parte de los poderes de este mundo, pero está claro que “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Si la Iglesia se acomodase a este mundo perdería el sentido de su ser. Sólo si presenta con valentía el anuncio gozoso y liberador del Evangelio se identificará con el Cordero Pascual, Jesucristo muerto y resucitado que se entrega por nosotros. Estos días se está proyectando en los cines la película “Cristiada”. Una narración épica de la Guerra Cristera (1926-1929), que fue detonada por el intento del gobierno mexicano de suprimir la libertad de culto. La película sigue la epopeya de gente ordinaria de todo el país que eligió defender su libertad. Todos ellos deberán decidir si están dispuestos a dar su vida por defenderla. Y decidieron que sí… por fidelidad a Jesucristo. Hoy día en muchos países los cristianos son perseguidos, pero siguen defendiendo su fe. Estos días nos llegaba el ejemplo sobrecogedor de la República Centroafricana y su obispo Juan José Aguirre. Ahí están los misioneros, hasta el final, al lado de los más pobres.

El seguimiento de Jesucristo merece la pena.
 
El Señor pregunta a San Pedro tres veces seguidas si le ama, como si tuviera que reparar así por las tres negaciones. La vida de los Apóstoles y en especial la de San Pedro son muy edificantes por lo que tienen de caídas, como nosotros, y de arrepentimiento. San Pedro tenía mucho de palabra: Señor si es necesario moriremos contigo, nada más ver al Señor se lanza al agua... Pero negó tres veces a Jesús ¡Qué caída más horrorosa, peor que la de Judas! Pero a diferencia de Judas, Pedro amaba con todas la fuerza de su alma al Maestro. Jesús ya resucitado le da a Pedro la primacía en toda la Iglesia “apacienta mis corderos”, “pastorea mis ovejas”. Jesús pregunta insistentemente: “¿me amas?” y Simón en su tercera respuesta como quejándose: “Señor tú lo sabes todo, tú sabes que te amo”. Y nosotros somos iguales: ¡cuántas caídas! ¡Cuántas cosas de las que tenemos que arrepentirnos! ¡Cuántas faltas de amor a Dios y al prójimo! y como San Pedro le decimos al Señor: “Tú lo sabes todo, tú sabes que te amo”.
A cada uno de nosotros Jesucristo le propone seguirle con un encargo concreto.

En esto consiste ser cristiano.

Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.




viernes, 5 de abril de 2013

EVANGELIO DEL DOMINGO

IIº DOMINGO DE PASCUA


“DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA”.


DOMINGO 07 de ABRIL DE 2013
  


PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO DE
LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 5, 12-16

Los Apóstoles hacían muchos signos y prodigios en el pueblo. Todos solían congregarse unidos en un mismo espíritu, bajo el pórtico de Salomón, pero ningún otro se atrevía a unirse al grupo de los Apóstoles, aunque el pueblo hablaba muy bien de ellos. Aumentaba cada vez más el número de los que creían en el Señor, tanto hombres como mujeres. Y hasta sacaban a los enfermos a las calles, poniéndolos en catres y camillas, para que cuando Pedro pasara, por lo menos su sombra cubriera a alguno de ellos. La multitud acudía también de las ciudades vecinas a Jerusalén, trayendo enfermos o poseídos por espíritus impuros, y todos quedaban curados. 

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
118 (117), 2-4. 22-27a

R.:
¡DEN GRACIAS AL SEÑOR,
PORQUE ES BUENO,
PORQUE ES ETERNO SU AMOR!

Que lo diga el pueblo de Israel:
¡es eterno su amor!
Que lo diga la familia de Aarón:
¡es eterno su amor!
Que lo digan los que temen al Señor:
¡es eterno su amor!  R.:

La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
 Esto ha sido hecho por el Señor
y es admirable a nuestros ojos.
Este es el día que hizo el Señor:
alegrémonos y regocijémonos en él  R.:

Sálvanos, Señor,
asegúranos la prosperidad.
¡Bendito el que viene
en nombre del Señor!
Nosotros los bendecimos
desde la Casa del Señor:
El Señor es Dios, y Él nos ilumina  R.:

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO DEL
APOCALIPSIS 1, 9-13. 17-19

Yo, Juan, hermano de ustedes, con quienes comparto las tribulaciones, el Reino y la espera perseverante en Jesús, estaba en la isla de Patmos, a causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús. El Día del Señor fui arrebatado por el Espíritu y oí detrás de mí una voz fuerte como una trompeta, que decía: «Escribe en un libro lo que ahora vas a ver, y mándalo a las siete Iglesias que están en Asia.  Me di vuelta para ver de quién era esa voz que me hablaba, y vi siete candelabros de oro,  y en medio de ellos, a alguien semejante a un Hijo de hombre, revestido de una larga túnica que estaba ceñida a su pecho con una faja de oro.  Al ver esto, caí a sus pies, como muerto, pero Él, tocándome con su mano derecha, me dijo: “No temas: Yo Soy el Primero y el Último, el Viviente. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo la llave de la Muerte y del Abismo. Escribe lo que has visto, lo que sucede ahora y lo que sucederá en el futuro.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

“Ahora crees, Tomás, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!”, dice el Señor
(Jn 20, 29).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN JUAN 20, 19-31

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: “¡La paz esté con ustedes!” Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: “¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, Yo también los envío a ustedes”. Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”. Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: “¡Hemos visto al Señor!” Él les respondió: “Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”. Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡La paz esté con ustedes!” Luego dijo a Tomás: “Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe”. Tomás respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús le dijo: “Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!” Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!


FE Y MISERICORDIA.

“Se hacían lenguas de ellos”.
Después de exponer las notas que distinguen a la primera comunidad de Jerusalén, el autor del Libro de los Hechos subraya cómo se va congregando un grupo cada vez más numeroso de hombres y mujeres que se adhieren al Señor. Los rasgos más característicos de esta comunidad son: el poder de la palabra y los signos que acompañan la predicación apostólica, el favor que el pueblo les dispensa y la fraternidad entre todos los creyentes -comunidad de vida y comunidad de bienes. La iglesia nace y crece como respuesta al Evangelio, es fundación de Dios en Cristo y en sus enviados. Por eso confesamos su origen apostólico. Muchos acudían a los apóstoles, ellos eran un ejemplo atractivo, pues “la gente se hacían lenguas de ellos”. ¿Ocurre lo mismo respecto a la Iglesia actual, continuadora de los apóstoles? El Papa Francisco ha hecho que muchos vuelvan su mirada de nuevo a la Iglesia, está marcando estilo en sentido positivo. ¿Sabremos nosotros imitar su ejemplo?
“Jesucristo es “el que vive”.
En el Apocalipsis tenemos una enumeración de los diversos aspectos de la condición cristiana, que se encuadra como escatológica: la tribulación o la persecución, la prueba inaugurada por el conflicto escatológico de la cruz; la realeza y asociación a la soberanía de Cristo, vencedor de la muerte y de las potencias; la perseverancia o fidelidad en medio de la prueba y de la tentación. Junto a la tribulación y prueba que supone la cruz y el creer en Jesús, está la soberanía, la gloria de saberse vencedores con el resucitado. Para creer esto, en medio de una sociedad no creyente, es preciso mantener viva la fe y la esperanza en el triunfo del Señor. La expresión "el primero y el último" es atribuida a Dios mismo. Aquí se le aplica a Cristo. El título de "el que vive" tiene la misma orientación porque sólo Dios es "el viviente”, por oposición a los ídolos que no tienen vida. Con estas expresiones se quiere patentizar la realeza de Jesús, el dominio sobre la muerte, la veracidad de su programa. El que se afilia al grupo de Jesús comprueba que lo ocurrido en el maestro se realiza también en el discípulo. La comunidad confiesa con estas expresiones su fe en la resurrección. Ni el dinero, ni el poder, ni la opresión, ni la tortura podrán nunca hacer desaparecer del corazón del cristiano la seguridad de que Cristo es "el que vive”.
Hoy Jesucristo resucitado nos dice: "Dichosos los que crean sin haber visto".
Tomás vio y creyó, pero, como dice San Agustín, “quería creer con los dedos”. Tiene que meter sus dedos en las cicatrices para creer. El santo obispo de Hipona se pregunta: ¿y si hubiera resucitado sin las cicatrices? Entonces.....Tomás no hubiera creído, "pero si no hubiera conservado las cicatrices en su cuerpo, no hubiera sanado las heridas de nuestro corazón". Jesús alaba a los que creen sin haber visto por encima de los que creen porque han visto y hasta han podido tocar. Sin embargo Tomás nos resulta cercano porque se parece mucho a nosotros, hombres del siglo XXI tecnificado: queremos comprobar las cosas antes de creerlas. Sin embargo, hay muchas personas que se fían de Jesús, todo ese pueblo sencillo y humilde de las procesiones de Semana Santa nos da ejemplo de confianza, porque creer es fiarse de Aquél que nunca nos falla. Pero, para que nuestra fe sea auténtica, es necesario dar un paso más. No vale sólo con vivir las emociones de un momento. La fe nos compromete y nos anima a seguir a Jesús y a poner en práctica su mensaje, pues “la fe sin obras es una fe muerta”, nos dice Santiago en su Carta.
El mensaje de Jesús en este segundo domingo de Pascua es doble: la paz y la misericordia.
En primer lugar nos trae la paz: “Paz a vosotros”. Es la paz que no puede regalarnos nadie más en la vida, la paz interior, la paz que da sentido a nuestra vida y la plenifica. Por eso, los discípulos “se llenaron de alegría al ver al Señor”. Hay algo que todavía no tenemos asumido los que nos decimos seguidores de Jesús: tenemos que ser misericordiosos. Jesús nos envía a perdonar no a condenar, es el Evangelio de la misericordia lo que nos trae. Lo ha recordado el Papa Francisco: “Dios no se cansa de perdonar”. Nos ha dicho, además, que tenemos que anunciar la misericordia de Dios. Nosotros tenemos que ser mensajeros de perdón, aprender a perdonarnos primero a nosotros mismos y ser instrumentos de perdón y reconciliación para todos. Este es el Evangelio auténtico. Quizá muchos no dan el paso de entrar en nuestras celebraciones desde la calle después de las procesiones porque no ven en nosotros esos signos evangélicos de paz, misericordia y alegría. Hoy es el día de la "Divina misericordia". Que la celebración de este día nos ayude a ser misericordiosos y compasivos todo el año.
Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.

domingo, 31 de marzo de 2013

¡FELIZ DOMINGO DE RESURRECCIÓN 2013!


Los administradores del Blog
“DIOS VIVIENTE – RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA”
Desean a todos sus hermanos, amigos y lectores
un muy

¡FELIZ DOMINGO DE RESURRECCIÓN 2013!

Que JESÚS RESUCITADO, haga renacer
en nuestros corazones
Su alegría, Su paz,
Su esperanza,
y el deseo de
de obtener Su santidad.


“La mano del Señor es sublime,

la mano del Señor hace proezas”.

No, no moriré:

 viviré para publicar lo que hizo el Señor.
Sal 118 (117), 16-17

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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.