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SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

EVANGELIO DEL DOMINGO

Iº DOMINGO DE ADVIENTO




“ATENTOS A SU VENIDA”

DOMINGO 02 DE DICIEMBRE DE 2012

PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO DE
JEREMÍAS 33, 14-16

Llegarán los días -oráculo del Señor- en que Yo cumpliré la promesa que pronuncié acerca de la casa de Israel y la casa de Judá: En aquellos días y en aquel tiempo, haré brotar para David un germen justo, y él practicará la justicia y el derecho en el país. En aquellos días, estará a salvo Judá y Jerusalén habitará segura. Y la llamarán así: “El Señor es nuestra justicia”.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
25 (24), 4-5. 8-10. 14

R.: A TI, SEÑOR;
ELEVO MI ALMA.

Muéstrame, Señor, tus caminos,
enséñame tus senderos.
Guíame por el camino de tu fidelidad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador  R.: 
El Señor es bondadoso y recto:
por eso muestra el camino a los extraviados
Él guía a los humildes
para que obren rectamente
y enseña su camino a los pobres  R.: 

Todos los senderos del Señor
son amor y fidelidad,
para los que observan los preceptos de su alianza.
 El Señor da su amistad a los que lo temen
y les hace conocer su alianza  R.: 

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DE LA  PRIMERA CARTA DEL
APÓSTOL SAN PABLO A LOS
CRISTIANOS DE TESALÓNICA 3, 12. – 4, 2

Hermanos:

Que el Señor los haga crecer cada vez más en el amor mutuo y hacia todos los demás, semejante al que nosotros tenemos por ustedes. Que Él fortalezca sus corazones en la santidad y los haga irreprochables delante de Dios, nuestro Padre, el Día de la Venida del Señor Jesús con todos sus santos. Amén. Por lo demás, hermanos, les rogamos y les exhortamos en el Señor Jesús, que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios. De hecho, ustedes ya viven así: hagan mayores progresos todavía. Ya conocen las instrucciones que les he dado en nombre del Señor Jesús.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

¡Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación!
(Sal 84, 8).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN LUCAS 21, 25-28. 34-36

Jesús dijo a sus discípulos:

Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres desfallecerán de miedo ante la expectativa de lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán. Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria. Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación. Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra. Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

PORTADORES DE ESPERANZA.

Hoy comienza el Adviento

Es tiempo de esperanza, porque es posible un mundo nuevo. Para que esto sea posible se nos pide una actitud de vigilancia y de atención. No debemos permitir que se embote nuestra mente con las realidades mundanas. Debemos estar despiertos y levantar la cabeza para poder observar la liberación que se nos ofrece. Los signos que se nos ofrecen alientan nuestra esperanza. Algunos interpretan estos signos negativamente, anunciando catástrofes sin fin por nuestros pecados. Pero Dios nos ofrece la liberación total. Sus sendas, nos dice el salmo, son misericordia y lealtad. El Señor es bueno y es recto y enseña el camino a los pecadores.

Nuestro mundo necesita una buena dosis de esperanza

Contamos con la providencia de Dios que vela por nosotros, pero espera nuestra colaboración. Hagamos posible la esperanza a los que viven desesperados porque su vida ha dejado de tener sentido. Muchas familias tienen a todos sus miembros cesantes, la crisis económica hace que surja en nosotros el desaliento y la impotencia. Hay muchos cristianos desanimados porque no ven a los jóvenes participando en la Eucaristía, otros se sienten desconcertados ante la falta de valores y la desintegración de muchas familias, hay quien está decepcionado porque ve una Iglesia demasiado instalada y alejada del Evangelio. Ante esto optan por la pasividad o resignación y niegan cualquier posibilidad de cambio. Hoy la Palabra de Dios nos alerta para que nos demos cuenta de que Jesús, el Hijo del Hombre, viene a liberarnos de todas nuestras dudas e incertidumbres. Él es nuestra justicia y nuestra salvación.

Tenemos por delante una hermosa tarea durante estas cuatro semanas: 

Preparar nuestro interior como si fuera una cuna que va a recibir a Aquél que nos da la vida. El tren de la esperanza va a pasar por delante de nosotros, no lo perdamos, subamos a el y valoremos todo lo bueno que vamos encontrando en nuestro camino. Siendo nosotros también liberadores, justos, alegres y solidarios podremos hacer que todos los que en el viajamos podamos construir la nueva humanidad que tanto anhelamos. La crisis puede hacernos más solidarios y sensibles a las necesidades de muestro prójimo. Pero seamos profetas de la esperanza, no del desaliento, pues ya estamos cansados de agoreros, necesitamos hombres y mujeres, esperanzados y esperanzadores (como corresponde a un verdadero cristiano).


Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

EVANGELIO DEL DOMINGO

XXXIV DOMINGO DEL TIEMPO
COMÚN DE LA IGLESIA




SOLEMNIDAD DE
CRISTO REY DEL UNIVERSO

DOMINGO 25 DE NOVIEMBRE DE 2012

PRIMERA LECTURA.

TOMADA DE LA PROFECÍA
DE DANIEL 7, 13-14

Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas, y vi que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; Él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta Él. Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
93 (92), 1-2. 5

R.: ¡REINA EL SEÑOR,
REVESTIDO DE MAJESTAD!

¡Reina el Señor,
revestido de majestad!
El Señor se ha revestido,
se ha ceñido de poder  R.:

El mundo está firmemente establecido:
¡no se moverá jamás!
Tu trono está firme desde siempre,
tú existes desde la eternidad  R.:

Tus testimonios, Señor,
son dignos de fe,
la santidad embellece tu Casa
a lo largo de los tiempos  R.:

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO DEL
APOCALIPSIS 1, 5-8

Jesucristo, es el Testigo fiel, el Primero que resucitó de entre los muertos, el Rey de los reyes de la tierra. Él nos amó y nos purificó de nuestros pecados, por medio de su sangre, e hizo de nosotros un Reino sacerdotal para Dios, su Padre. ¡A Él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén. ¡Miren! Él viene entre las nubes y todos lo verán, aun aquellos que lo habían traspasado. Por Él se golpearán el pecho todas las razas de la tierra. Sí, así será. Amén. Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David!
(Mc 11, 10).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN JUAN 18, 33-37

Pilato llamó a Jesús y le preguntó: “¿Eres tú el rey de los judíos?” Jesús le respondió: “¿Dices esto por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?” Pilato replicó: “¿Acaso yo soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos. ¿Qué es lo que has hecho?” Jesús respondió: “Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que Yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí”. Pilato le dijo: “¿Entonces tú eres rey?”  Jesús respondió: “Tú lo dices: Yo Soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz”.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

NO ES DE ESTE MUNDO,
PERO COMIENZA EN ESTE MUNDO.

El Reino de Dios está dentro de nosotros

Celebramos la fiesta que clausura el Año litúrgico, Jesucristo Rey del universo. Jesús afirmó en distintas oportunidades que el Reino de Dios ya había llegado y que en esto consistía la Buena Noticia. Para entrar en él era preciso convertirse, cambiar de mentalidad, creer en su palabra, creer en su persona, seguirlo. Sus parábolas y sus enseñanzas se referían al Reino; sus milagros atestiguaban que el Espíritu de Dios estaba con Él y que el Reino de Dios se hacía presente. Ante quienes esperaban su llegada al modo de un triunfo rotundo sobre los dominadores romanos, con la intervención de un Mesías político que impusiera su autoridad mediante un régimen de prodigios y milagros continuos, o con la abundancia del pan y de los bienes temporales, Jesús afirmaba: “El Reino de Dios no viene ostensiblemente, porque el Reino de Dios está entre vosotros”. Él nos habló del inicio real de este Reino bajo apariencias humildes e insignificantes, como la diminuta semilla de mostaza, o como la pequeña cantidad de levadura que fermenta toda la masa, o como el crecimiento misterioso de la semilla, que bajo la tierra se transforma silenciosamente y escapa a nuestro control. Así nos enseñaba que de lo pequeño y oculto, de lo que está envuelto en el silencio y es pobre en apariencias, puede surgir lo más grande.

No es de este mundo, pero sí “para este mundo”.
 
Cuando Pilato preguntó a Jesús si era rey le contestó claramente. “Tú lo dices: soy rey, pero mi reino no es de este mundo”. Lo que quiso decir es que Él no era un rey como los de este mundo. Cristo vino a traer la vida y la salvación a cada ser humano: su misión no fue solo y específicamente de orden social, económico o político. Cristo no confió a su Iglesia una misión social, económica o política, sino más bien religiosa. Sin embargo sería un error pensar que cada cristiano en particular debe estar ausente de estos ámbitos de la vida social. Los cristianos están llamados por Dios a insertarse en el mundo a fin de transformarlo según el Evangelio. Un cristiano debe colaborar con alegría en la promoción de la verdadera cultura, porque sabe que la Buena Noticia de Cristo refuerza en el hombre los valores espirituales que se hallan en el corazón de la cultura de cada pueblo y de cada período de la historia. El cristiano ayudará a su propio pueblo a lograr una verdadera libertad y la capacidad de hacer frente a los desafíos de los tiempos. 

Comprometernos en la construcción del reino

Las obligaciones de un buen ciudadano cristiano no pueden reducirse a evitar la corrupción, o a no explotar a los demás, sino que incluyen una contribución positiva al establecimiento de leyes justas y estructuras que sostengan los valores humanos. Cuando un hombre o mujer cristiana se encuentre con la injusticia o con algo que esté en contra del amor, la paz y la unidad de la sociedad, tiene que intentar cambiarlo. ¿Cómo permanecer con los brazos cruzados, cuando a alguien le echan de su propia casa para vivir en la calle? Para descubrir la presencia de este Reino, es preciso que los ojos de la mente estén iluminados por la luz de la fe. El Reino se hace presente en nuestro tiempo histórico en cada gesto de amor, en la negación del pecado y del egoísmo, en cada victoria sobre las tentaciones y las seducciones del mundo, que invitan al camino fácil. Jesús predicó el camino estrecho y la puerta angosta. La clave de la renovación de este mundo está en nuestro propio corazón. El lugar donde triunfa el reinado de Cristo es el santuario de nuestra conciencia. Sólo desde allí se hará luego visible y se irradiará y se contagiará, dando lugar a una convivencia fraterna y armoniosa, a una sociedad reconciliada, a leyes que respeten íntegramente la dignidad del hombre. Su reino no es de este mundo, pero comienza en este mundo. Lo primero es que Jesús reine en nuestro corazón, así surgirá nuestro compromiso para transformar el mundo. El reino de Dios no termina aquí, llegará a su plenitud en el más allá, pero no podemos olvidarnos que “ya” está aquí.


Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.

martes, 13 de noviembre de 2012

EVANGELIO DEL DOMINGO

XXXIIIº DOMINGO DEL TIEMPO COMÚN
DE LA IGLESIA




“CONOCEREMOS EL CAMINO DE LA VIDA”

DOMINGO 18 DE NOVIEMBRE DE 2012

PRIMERA LECTURA.

TOMADA DE LA PROFECÍA
DE DANIEL 12, 1-3

En aquel tiempo, se alzará Miguel, el gran Príncipe, que está de pie junto a los hijos de tu pueblo. Será un tiempo de tribulación, como no lo hubo jamás, desde que existe una nación hasta el tiempo presente. En aquel tiempo, será liberado tu pueblo: todo el que se encuentre inscrito en el Libro. Y muchos de los que duermen en el suelo polvoriento se despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el horror eterno. Los hombres prudentes resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que hayan enseñado a muchos la justicia brillarán como las estrellas, por los siglos de los siglos.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
16 (15), 5. 8-11

R.: PROTÉGEME, DIOS MÍO,
PORQUE ME REFUGIO EN TI.

El Señor es la parte de mi herencia
y mi cáliz, ¡tú decides mi suerte!
Tengo siempre presente al Señor:
Él está a mi lado, nunca vacilaré   R.:

Por eso mi corazón se alegra,
se regocijan mis entrañas
y todo mi ser descansa seguro:
porque no me entregarás a la Muerte
ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro  R.:

Me harás conocer el camino de la vida,
saciándome de gozo en tu presencia,
de felicidad eterna a tu derecha  R.:


SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DE LA CARTA A
LOS HEBREOS 10, 11-14. 18

Hermanos:

Cada sacerdote del culto antiguo se presenta diariamente para cumplir su ministerio y ofrecer muchas veces los mismos sacrificios, que son totalmente ineficaces para quitar el pecado. Cristo, en cambio, después de haber ofrecido por los pecados un único Sacrificio, se sentó para siempre a la derecha de Dios, donde espera que sus enemigos sean puestos debajo de sus pies. Y así, mediante una sola oblación, Él ha perfeccionado para siempre a los que santifica. Y si los pecados están perdonados, ya no hay necesidad de ofrecer por ellos ninguna otra oblación.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

Estén prevenidos y oren incesantemente: así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre
(Lc 21, 36).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN MARCOS 13, 24-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

En ese tiempo, después de esta tribulación, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. Y se verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y de gloria. Y Él enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte. Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta. Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

NUEVOS TIEMPOS.

Anuncio de nueva vida

En el Libro de Daniel se anuncia cómo todo llegará a un nuevo punto culminante y decisivo, en el que Israel será protagonista y vencedor y se cumplirán los planes de Dios. Esto es lo que quiere decirse aludiendo a la victoria del arcángel San Miguel, que es el ángel custodio del pueblo de Dios y la personificación de la especial providencia divina en favor de Israel. En los pasajes apocalípticos la “gran tribulación” o “los tiempos difíciles” aparecen como una señal de salvación definitiva de los justos. Se trata de una imagen utilizada para expresar que Dios conoce a los suyos y los protege hasta el final. Habla claramente de la resurrección de los muertos que “duermen en el polvo”. Aunque se dice que “despertarán muchos”, esta expresión quiere decir con frecuencia “todos”, y éste parece aquí su sentido. La resurrección es para nuestro autor un postulado de la justicia divina, que no puede dejar sin premio a los mártires y sin castigo a sus verdugos. No falta una palabra de esperanza y una promesa para los “sabios”, esto es, para los que enseñan a practicar y no sólo a conocer lo que es justo a los ojos de Dios. Hay para ellos reservada una gloria especial e imperecedera.

La llegada de los últimos tiempos no tiene fecha

En el evangelio Jesús trata de inculcar en sus discípulos la certeza del final de los tiempos. Esta lectura recoge parte del llamado “Apocalipsis sinóptico”, según la versión de Marcos. Para ello se sirve de una comparación, el ejemplo de la higuera cuando se acerca la primavera. Sin embargo, la certeza de la llegada del final no tiene fecha, permanece oculta. La apocalíptica es de naturaleza simbólica, plástica y está al servicio de una idea. Por lo que respecta al final, éste es expresado con imágenes tremendistas: cataclismos cósmicos, guerras, fuego, derrumbamientos, personajes celestes, señales luminosas, trompetas convocando a juicio. Es la imaginería que se recoge en el Evangelio de hoy. Su valor no es literal, sino simbólico. Este evangelio no es, por supuesto, una guía de los últimos días; no hay un reportaje sobre los últimos acontecimientos. Resuena este domingo la voz potente de Jesús para gritarnos que la vida es una tarea hermosa, cuyo alcance y proporciones se verán un día, que Él no precisa.

La venida del “Hijo del Hombre” es para la salvación

La caída del “mundo viejo” con todos los poderes que lo rigen y determinan coincide con la irrupción de una creación nueva. En el mismo momento en que todo sea oscuro, aparecerá a los ojos de los hombres el Hijo del Hombre, Jesús el salvador. Jesús se aplica a sí mismo la expresión de “Hijo del Hombre” del profeta Daniel. Pero falta una detallada descripción del juicio. Para Marcos no es importante el destino de “los otros”, sino la afirmación a los elegidos: ¡No os perderéis! Podéis permanecer hasta el final como discípulos de Jesús. La palabra “venir” en los profetas significa frecuentemente “manifestarse”, y ése es aquí su sentido más apropiado referido a la venida del Hijo del Hombre. Por lo tanto, Jesús se manifestará como Señor y en Él aparecerá la misma gloria de Dios. Por eso vendrá con “poder” y “majestad”, que es el atributo exclusivo de Dios. La reunión de todos los elegidos constituye un rasgo esencial del Reino de Dios que aparece ya en las expectativas mesiánicas de Israel. Aunque Marcos no menciona el juicio final, lo presupone: los que no sean reunidos quedarán excluidos del Reino de Dios. El juicio es para la salvación, no para la condenación. En este futuro actuar de Dios hay un sí absoluto al mundo que ha creado. La asamblea eucarística en la que estamos participando quiere ser también un signo de esperanza en el que se anticipa la gran reunión de los elegidos cuando vuelva el Señor.


Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.

jueves, 8 de noviembre de 2012

EVANGELIO DEL DOMINGO


XXXIIº DOMINGO DEL TIEMPO COMÚN
DE LA IGLESIA




“LAS DOS MEDIDAS”

DOMINGO 11 DE NOVIEMBRE DE 2012

PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL PRIMER LIBRO
DE LOS REYES 17, 8-16

Entonces la palabra del Señor llegó a Elías en estos términos: “Ve a Sarepta, que pertenece a Sidón, y establécete allí; ahí Yo he ordenado a una viuda que te provea de alimento”. Él partió y se fue a Sarepta. Al llegar a la entrada de la ciudad, vio a una viuda que estaba juntando leña. La llamó y le dijo: “Por favor, tráeme en un jarro un poco de agua para beber”. Mientras ella lo iba a buscar, la llamó y le dijo: “Tráeme también en la mano un pedazo de pan”. Pero ella respondió: “¡Por la vida del Señor, tu Dios! No tengo pan cocido, sino sólo un puñado de harina en el tarro y un poco de aceite en el frasco. Apenas recoja un manojo de leña, entraré a preparar un pan para mí y para mi hijo; lo comeremos, y luego moriremos”. Elías le dijo: “No temas. Ve a hacer lo que has dicho, pero antes prepárame con eso una pequeña galleta y tráemela; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así habla el Señor, el Dios de Israel: El tarro de harina no se agotará ni el frasco de aceite se vaciará, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la superficie del suelo”. Ella se fue e hizo lo que le había dicho Elías, y comieron ella, él y su hijo, durante un tiempo. El tarro de harina no se agotó ni se vació el frasco de aceite, conforme a la palabra que había pronunciado el Señor por medio de Elías.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
146 (145), 6-10

R.: ¡ALABA AL SEÑOR
ALMA MÍA!

Él Señor mantiene su fidelidad para siempre,
hace justicia a los oprimidos
y da pan a los hambrientos.
El Señor libera a los cautivos    R.:

El Señor abre los ojos de los ciegos
y endereza a los que están encorvados.
El Señor ama a los justos
y protege a los extranjeros  R.:

 Sustenta al huérfano y a la viuda
y entorpece el camino de los malvados.
 El Señor reina eternamente,
reina tu Dios, Sión,
a lo largo de las generaciones  R.:

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DE LA CARTA A
LOS HEBREOS 9, 24-28

Cristo, en efecto, no entró en un Santuario erigido por manos humanas -simple figura del auténtico Santuario- sino en el cielo, para presentarse delante de Dios en favor nuestro. Y no entró para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como lo hace el Sumo Sacerdote que penetra cada año en el Santuario con una sangre que no es la suya. Porque en ese caso, hubiera tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. En cambio, ahora Él se ha manifestado una sola vez, en la consumación de los tiempos, para abolir el pecado por medio de su Sacrificio. Y así como el destino de los hombres es morir una sola vez, después de lo cual viene el Juicio, así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud, aparecerá por segunda vez, ya no en relación con el pecado, sino para salvar a los que lo esperan.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos
(Mt 5, 3).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN MARCOS 12, 38-44

Jesús enseñaba a la multitud: “Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán juzgados con más severidad”. Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre. Entonces Él llamó a sus discípulos y les dijo: “Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir”.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!


LLAMADA A LA GENEROSIDAD.

Dios premia la hospitalidad y la fe de una mujer extranjera.

El profeta Elías anuncia una terrible sequía como castigo por los pecados de Israel, y su palabra se cumple. El rey Ajab, convencido de que la maldición de Elías alejaba la lluvia de los campos, en vez de apartarse de sus pecados, trata de liquidar al profeta. Pero Elías huye y se esconde en el desierto. Después, cuando se secó el torrente del que bebía, marcha a tierras fenicias y llega a la región de Sarepta, entre Tiro y Sidón. Encuentra una viuda que recogía leña y le pide ayuda, le suplica que entre en la ciudad y le traiga un jarro de agua y un trozo de pan. Sólo eso, agua y pan. Pero eso era todo lo que tenía la viuda para ella y su hijo. ¿Qué hacer? Elías hace una promesa en nombre de Dios, una promesa a cambio de lo que le pide y de todo lo que tiene la viuda. La mujer acepta, hace la apuesta y arriesga todo lo que tiene; cree en la palabra de Dios y recibe al profeta que la anuncia. Dios premia la hospitalidad de esta pobre viuda y manifiesta que es el único Dios que puede salvar precisamente en el país de donde había salido el paganismo que imperaba en Israel. Siglos más tarde, Jesús recordará con amor el gesto de esta mujer extranjera que fue preferida por Dios por encima de todas las viudas de Israel.

El salmo 145 es una oración de alabanza y de llamada al compromiso solidario. 

Nos recuerda que no estamos abandonados a nosotros mismos; las vicisitudes de nuestra vida no se hallan bajo el dominio del caos; los acontecimientos no representan una mera sucesión de actos sin sentido ni meta. Él es quien hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos y liberta a los cautivos. Él es quien abre los ojos a los ciegos, quien endereza a los que ya se doblan, quien ama a los justos, quien guarda a los peregrinos, quien sustenta al huérfano y a la viuda. Él es quien trastorna el camino de los malvados y reina soberano sobre todos los seres y de edad en edad. Tenemos que ser agradecidos y corresponder a lo que Dios hace por nosotros, colaborando con Él en favor de los más necesitados. Es necesario vivir en la adhesión a la voluntad divina, dar pan a los hambrientos, visitar a los presos, sostener y confortar a los enfermos, defender y acoger a los extranjeros, dedicarse a los pobres y a los miserables. En la práctica, es el mismo espíritu de las Bienaventuranzas; es optar por la propuesta de amor que nos salva desde esta vida y que más tarde será objeto de nuestro examen en el juicio final, con el que se concluirá la historia. Entonces seremos juzgados sobre la decisión de servir a Cristo en el hambriento, en el sediento, en el forastero, en el desnudo, en el enfermo y en el preso. “Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis”: esto es lo que dirá entonces el Señor.

El encuentro con Dios en Jesucristo es el auténtico Templo

El ambiente en el que se desarrolla el episodio evangélico es el templo de Jerusalén, centro religioso del pueblo de Israel y corazón de toda su vida. El templo es el lugar del culto público y solemne, pero también de la peregrinación, de los ritos tradicionales y de las disputas rabínicas, como las que refiere el Evangelio entre Jesús y los rabinos de aquel tiempo, en las que, sin embargo, Jesús enseña con una autoridad singular, la del Hijo de Dios. Pronuncia juicios severos, como hemos escuchado, sobre los escribas, a causa de su hipocresía, pues mientras ostentan gran religiosidad, se aprovechan de la gente pobre imponiéndoles obligaciones que ellos mismos no observan. En suma, Jesús muestra su afecto por el templo como casa de oración, pero precisamente por eso quiere purificarlo de usos impropios, más aún, quiere revelar su significado más profundo: Jesucristo es el Templo nuevo y definitivo, el lugar en el que se encuentran Dios y el hombre.

Se da a sí misma

En el centro de la liturgia de la Palabra de este domingo encontramos el personaje de la viuda pobre, o más bien, nos encontramos ante el gesto que realiza al echar en el tesoro del templo las últimas monedas que le quedan. Un gesto que, gracias a la mirada atenta de Jesús, se ha convertido en el proverbial: “óbolo de la viuda” es sinónimo de la generosidad de quien da sin reservas lo poco que posee. Subrayemos el comentario final que hace Jesús contraponiendo a los que dan su limosna con ostentación y ofreciendo únicamente lo que les sobra, con la ofrenda de la viuda que da todo lo que tenía para vivir. Esta humilde mujer se convierte así en el modelo ideal de la consagración al reino de Dios, sin reservarse nada. La viuda del Evangelio, al igual que la del Antiguo Testamento, lo da todo, se da a sí misma, y se pone en las manos de Dios, por el bien de los demás. Este es el significado perenne de la oferta de la viuda pobre, que Jesús exalta porque da más que los ricos, quienes ofrecen parte de lo que les sobra, mientras que ella da todo lo que tenía para vivir, y así se da a sí misma. 

Un buen mensaje y una llamada singular a nuestra generosidad en este tiempo de crisis donde muchas personas carecen de lo mínimo para vivir con dignidad.


Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.