“MENSAJEROS DE PAZ Y ALEGRÍA”.
DOMINGO 07 DE JULIO DE 2013
PRIMERA LECTURA.
TOMADA DEL LIBRO DE
ISAÍAS 66, 10-14c
¡Alégrense con Jerusalén y regocíjense a causa de ella,
todos los que la aman! ¡Compartan su mismo gozo los que estaban de duelo por
ella, para ser amamantados y saciarse en sus pechos consoladores, para gustar
las delicias de sus senos gloriosos! Porque así habla el Señor: Yo haré correr
hacia ella la prosperidad como un río, y la riqueza de las naciones como un
torrente que se desborda. Sus niños de pecho serán llevados en brazos y
acariciados sobre las rodillas. Como un hombre es consolado por su madre, así
Yo los consolaré a ustedes, y ustedes serán consolados en Jerusalén. Al ver esto,
se llenarán de gozo, y sus huesos florecerán como la hierba. La mano del Señor
se manifestará a sus servidores, y a sus enemigos, su indignación.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
66 (65), 1-3. 4-7. 16. 20.
R.:
¡ACLAME AL SEÑOR TODA LA TIERRA!
¡Aclame al Señor toda la tierra!
¡Canten la gloria de su Nombre!
Tribútenle una
alabanza gloriosa,
digan al Señor:
“¡Qué admirables son
tus obras!” R.:
Toda la tierra se
postra ante ti,
y canta en tu honor,
en honor de tu Nombre.
Vengan a ver las
obras del Señor,
las cosas admirables
que hizo por los hombres R.:
Él convirtió el mar
en tierra firme,
a pie atravesaron el
Río.
Por eso, alegrémonos
en Él,
que gobierna
eternamente con su fuerza R.:
Los que temen al
Señor, vengan a escuchar,
yo les contaré lo que
hizo por mí.
Bendito sea Dios, que
no rechazó mi oración
ni apartó de mí su
misericordia R.:
SEGUNDA LECTURA.
TOMADA DEL LIBRO DEL
APÓSTOL SAN PABLO A
LOS CRISTIANOS DE GALACIA 6, 14-18
Hermanos:
Yo sólo
me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está
crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo. Estar circuncidado o no
estarlo, no tiene ninguna importancia: lo que importa es ser una nueva
criatura. Que todos los que practican esta norma tengan paz y misericordia, lo
mismo que el Israel de Dios. Que nadie me moleste en adelante: yo llevo en mi
cuerpo las cicatrices de Jesús. Hermanos, que la gracia de nuestro Señor
Jesucristo permanezca con ustedes. Amén.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
¡ALELUYA!
Que la
paz de Cristo reine en sus corazones;
que la Palabra
de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza
(Col 3, 15a.16ª).
¡ALELUYA!
EVANGELIO.
EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN LUCAS 10, 1-12. 17-20
El Señor
designó a otros setenta y dos, además de los Doce, y los envió de dos en dos
para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde Él debía ir. Y
les dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al
dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los
envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni provisiones, ni
calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una
casa, digan primero: “¡Que descienda la paz sobre esta casa!” Y si hay allí
alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá
a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya,
porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las
ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; sanen a sus
enfermos y digan a la gente: “El Reino de Dios está cerca de ustedes”. Pero en
todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan:
“¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo
sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca.
Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa
ciudad”. Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: “Señor, hasta
los demonios se nos someten en tu Nombre”. Él les dijo: “Yo veía a Satanás caer
del cielo como un rayo. Les he dado poder para caminar sobre serpientes y
escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos.
No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más
bien de que sus nombres estén escritos en el cielo”.
Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!
TESTIGOS DE LA PAZ.
EL don de la paz.
La primera lectura es del Tercer Isaías, quien promete la
regeneración de Jerusalén. Dios va a conceder la paz, compendio de todos los
bienes. La palabra paz expresa algo más que la pura ausencia de guerra. Teológicamente la paz es un don de Dios y signo de su
bendición. La Biblia no separa nunca la
paz interior de la paz exterior, de la no-guerra: ésta es signo de aquella y la
primera anuncia y condiciona la segunda. En este
pasaje de Isaías la paz incluye los matices de salud, fecundidad, prosperidad,
amistad con Dios y con los hombres. Porque
sin justicia no hay paz. Querer estar en paz con Dios, haciendo la guerra al
que vive con nosotros, es pretender una vanidad. Dios se compara a una madre.
Se habla del amor entrañable de la madre que consuela a su hijo: Israel cuenta
siempre con el perdón de Dios. Cuando Dios ha hecho la paz con el hombre es que
es posible la paz entre los hombres. Una paz
auténtica trae al hombre la alegría más profunda.
Pablo
ha llegado a comprender
la paradoja de
la cruz de
Jesús.
Esto le hace experimentar “paz y misericordia”. La paz es fruto del triunfo de Jesús y del convencimiento
del creyente. Vivir hoy con los
criterios de Jesús es un camino para la paz. Pablo lleva las marcas de los
sufrimientos que ha encajado por la causa de Cristo, fiel a su ministerio.
Estas marcas son las pruebas sensibles de su unión profunda con Cristo
crucificado. Por eso, Pablo pide a los gálatas que no quieran infligirle otra
clase de sufrimientos. Ya tiene bastante con lo sufrido por causa del
evangelio. Vivir según el evangelio, el trabajo por la paz, es un camino lleno
de penalidades. Sólo una fe fuerte es capaz de soportarlas. En esta carta la palabra “hermanos” sirve para el saludo
final. Hay, sin duda, en ello una intención y una llamada. Que la fraternidad vuelva a ser algo propio y querido de
los gálatas y que emerja de una sola fuente: la gracia del Señor Jesús.
Enviados a
anunciar la paz.
En el Antiguo Testamento se creía que había setenta y dos
naciones paganas en el orbe, Lucas anticipa la
misión que comenzó después de Pentecostés con el envío antes de los setenta y
dos discípulos. Además se les envía “de dos en dos” con una doble finalidad:
para protegerse mejor de los bandidos que pululaban por los caminos y para cumplir la norma de que dos testigos hacen un
testimonio válido. Implícitamente se viene
a decir que el anuncio de la llegada del reino es cierto. Aquí está programada la tarea de todo creyente cristiano:
decir con palabra y con la vida que el reino de Dios está formándose ya. Hay que tener una gran disponibilidad, necesaria para una
predicación rápida y eficaz del reino: hay que presentarse ante los hombres con
el mismo desasimiento que ante Dios. El
mensajero tiene que poner su confianza exclusivamente en Aquel que le envía, no
en los medios empleados. Al entrar en una casa,
el mensajero trae la paz: poder que abraza a toda familia que le recibe. Jesús
mismo es la paz que los discípulos van predicando. Esta paz es solamente eficaz
para el que la recibe. El creyente está llamado
a tener una experiencia profunda de Jesucristo para poder sentir en su interior
la auténtica paz.
Padre
José Mª Martín, OSA
España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.