DOMINGO
DE PENTECOSTÉS
“EL
ESPÍRITU DEL RESUCITADO”
DOMINGO
19 DE MAYO DE 2013
PRIMERA
LECTURA.
TOMADA
DEL LIBRO DE
LOS
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 2, 1-11
Al
llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo
lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte
ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban.
Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron
por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del
Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según
el Espíritu les permitía expresarse. Había en Jerusalén judíos
piadosos, venidos de todas las naciones del mundo. Al oírse este
ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada
uno los oía hablar en su propia lengua. Con gran admiración y
estupor decían: “¿Acaso estos hombres que hablan no son todos
galileos? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia
lengua? Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia
o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, en
Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos
de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos
proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios”.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL
104
(103), 1. 24. 29-31. 34
R.:
SEÑOR,
ENVÍA TU ESPÍRITU
Y
RENUEVA LA FAZ DE LA TIERRA.
Bendice
al Señor, alma mía:
¡Señor,
Dios mío, que grande eres!
¡Que
variadas son tus obras, Señor!
¡La
tierra está llena de tus criaturas!
R.:
Si
les quitas el aliento,
expiran
y vuelven al polvo.
Sí
envías tu aliento,
son
creados,
y renuevas la
superfcie de la tierra
R.:
¡Gloria
al Señor para siempre,
alégrese
el Señor por sus obras!
Que mi canto le sea agradable,
Que mi canto le sea agradable,
y
yo me alegraré en el Señor
R.:
SEGUNDA
LECTURA.
TOMADA
DE LA PRIMERA CARTA
DEL
APÓSTOL SAN PABLO A
LOS
CRISITIANOS DE CORINTO 12, 3-7. 1-13
Hermanos:
Nadie
puede decir: “Jesús es el Señor”, si no está impulsado por el
Espíritu Santo. Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos
proceden del mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un
solo Señor. Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el
que realiza todo en todos. En cada uno, el Espíritu se manifiesta
para el bien común. Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y sin
embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser muchos, no forman
sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque todos
hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo
Cuerpo, -judíos y griegos, esclavos y hombres libres- y todos hemos
bebido de un mismo Espíritu.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
SECUENCIA.
Ven,
Espíritu Santo, y envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven,
Padre de los pobres, ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz.
Consolador lleno de bondad, dulce huésped del alma, suave alivio de
los hombres. Tú eres descanso en el trabajo, templanza de las
pasiones, alegría en nuestro llanto. Penetra con tu santa luz en lo
más íntimo del corazón de tus fieles. Sin tu ayuda divina no hay
nada en el hombre, nada que sea inocente. Lava nuestras manchas,
riega nuestra aridez, sana nuestras heridas. Suaviza nuestra dureza,
elimina con tu calor nuestra frialdad, corrige nuestros desvíos.
Concede a tus fieles, que confían en ti, tus siete dones sagrados.
Premia nuestra virtud, salva nuestras almas, danos la eterna alegría.
¡ALELUYA!
Ven,
Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en
ellos el fuego de tu amor.
¡ALELUYA!
EVANGELIO.
EVANGELIO
DE
NUESTRO
SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN
SAN JUAN 20, 19-23
Al
atardecer del primer día de la semana, los discípulos se
encontraban con las puertas cerradas por temor a los judíos.
Entonces llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo:
“¡La paz esté con ustedes!”. Mientras decía esto, les mostró
sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría
cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: “¡La paz esté
con ustedes! Como el Padre me envió a mí, Yo también los envío a
ustedes”. Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Reciban
el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes
se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los
retengan”.
Palabra
de Dios.
¡Gloria
y honor a Ti, Señor Jesús!
LA
FIESTA DE LA COMUNIDAD.
PENTECOSTÉS
ES LA FIESTA DEL ESPÍRITU Y DE LA COMUNIDAD.
Es
la culminación de la Pascua. La vida nueva que Jesús consiguió es
también nuestra vida. Muchas
veces no somos conscientes de la actuación del Espíritu en
nosotros. Quizá sea porque no le dejamos actuar... Da
la sensación de que estamos como los discípulos antes de
Pentecostés: decimos
que creemos en Jesús, nos confesamos cristianos, pero vivimos
apocados, medrosos, sin garra.
Entonces nos refugiamos en nuestra fortaleza por miedo a salir al
mundo. Pero
la imagen que define mejor a la Iglesia no es la de la fortaleza,
sino la de la tienda que se planta en medio del mundo.
¿No
nos dijo Jesús el domingo pasado que bajáramos al valle y no nos
quedásemos plantados mirando al cielo? También los discípulos
estaban dentro con las puertas y ventanas cerradas por miedo a los
judíos. Comparten miedos, ilusiones y el recuerdo de Jesús.
El Espíritu se presentó como un vendaval y unas llamas de fuego. El
viento y el fuego purifican y transforman.
Y entonces... salieron a predicar, sin miedo, sin utilizar la fuerza,
sostenidos en su debilidad por el Espíritu. Cuando
la Iglesia se encierra en sí misma por miedo a contaminarse con el
mundo, cuando la imagen que da es la de una fortaleza firme, no
convence. Se convierte en piedra de escándalo para muchos.
EL
TEXTO DE LOS HECHOS DICE QUE “ESTABAN TODOS REUNIDOS”.
No
dice que estaban sólo los apóstoles, sino todos, es decir el
conjunto de los discípulos, todos los que se proclamaban seguidores
de Jesús. Por
tanto, los dones del Espíritu lo reciben todos los cristianos, no
sólo los que han recibido el orden ministerial. El
Espíritu actúa en todo, aunque cada uno reciba un don y una
función. A cada carisma o don corresponde un ministerio o servicio.
Pero
todos somos miembros del cuerpo de Cristo y hemos recibido la misma
dignidad por el Bautismo. ¿Reconoces
en ti el carisma que has recibido?, ¡sabes cuál es tu misión
dentro de la Iglesia! En
este momento de la historia más que nunca hay que reconocer la
importancia de los ministerios laicales.
La Iglesia debe tener una estructura circular y no piramidal.
LOS
DONES DEL ESPÍRITU TIENEN HOY SU TRADUCCIÓN.
El
don de sabiduría nos capacita para distinguir la realidad de la
fantasía y vivir en consecuencia. El sabio es aquel que encuentra el
secreto de la felicidad: la vida según Cristo. La inteligencia nos
ayuda a aceptar los cambios que se producen en la sociedad para el
bien común. Tener una mente abierta es señal de inteligencia. El
don de consejo nos lleva a indagar bajo lo visible para descubrir las
causas ocultas y poder ayudar al que nos lo pide.
La piedad nos protege del egoísmo y del materialismo. La ciencia nos
marca una dirección consistente en nuestras vidas, nos ayuda a
conocer cómo son las cosas. El
temor de Dios, entendido en el buen sentido, es beneficioso y nos
hace realizar obras buenas, como el niño que respeta a su querido
padre y no quiere defraudarle.
La fortaleza es necesaria para un verdadero amor, pues nos da valor
para asumir un compromiso auténtico y maduro. Con
los dones que el Espíritu nos regala todo es posible desde ahora.
Padre
José Mª Martín, OSA
España
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Jesús
nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina
y Juan.