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SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

domingo, 31 de marzo de 2013

¡FELIZ DOMINGO DE RESURRECCIÓN 2013!


Los administradores del Blog
“DIOS VIVIENTE – RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA”
Desean a todos sus hermanos, amigos y lectores
un muy

¡FELIZ DOMINGO DE RESURRECCIÓN 2013!

Que JESÚS RESUCITADO, haga renacer
en nuestros corazones
Su alegría, Su paz,
Su esperanza,
y el deseo de
de obtener Su santidad.


“La mano del Señor es sublime,

la mano del Señor hace proezas”.

No, no moriré:

 viviré para publicar lo que hizo el Señor.
Sal 118 (117), 16-17

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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.

EVANGELIO DEL DOMINGO

DOMINGO DE PASCUA
DE RESURRECCIÓN




“¡CRISTO RESUCITÓ:

LA VIDA VENCIÓ A LA MUERTE, ALELUYA!”.

DOMINGO 31 DE MARZO DE 2013 


PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO
LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 10, 34. 37-43

Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo:Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicaba Juan: cómo Dios ungió a Jesús de Nazareth con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. Él pasó haciendo el bien y curando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con Él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. Y ellos lo mataron, suspendiéndolo de un patíbulo.  Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara, no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con Él, después de su resurrección. Y nos envió a predicar al pueblo, y a atestiguar que Él fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos. Todos los profetas dan testimonio de Él, declarando que los que creen en Él reciben el perdón de los pecados, en virtud de su Nombre”.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
118 (117), 1-2. 16-17. 22-23

R.:
ÉSTE ES EL DÍA QUE HIZO EL SEÑOR:
ALEGRÉMONOS Y REGOCIJEMONOS EN ÉL.

¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
Que lo diga el pueblo de Israel:
¡es eterno su amor!   R.:
 

“La mano del Señor es sublime,

la mano del Señor hace proezas”.

No, no moriré:

 viviré para publicar lo que hizo el Señor   R.: 

La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
Esto ha sido hecho por el Señor
y es admirable a nuestros ojos   R.: 

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DE LA CARTA DEL
APÓSTOL SAN PABLO A
LOS CRISTIANOS DE COLOSAS 3, 1-4

Hermanos:

Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con Él, llenos de gloria.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SECUENCIA

Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte en singular batalla
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?
A mi Señor glorioso, la tumba abandonada,
los ángeles testigos, sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea, allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos la gloria de la Pascua.
Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia
que estás resucitado; la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate de la miseria humana
y da a tus fieles parte en tu victoria sana.
Amén. Aleluya.


ACLAMACIÓN AL EVANGELIO.

¡ALELUYA!

Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado. Celebremos, entonces, nuestra Pascua
(1 Cor 5, 7-8).

¡ALELUYA!





EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN JUAN 20, 1-9

El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”. Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él vio y creyó. Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, Él debía resucitar de entre los muertos.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

CONSTRUIR UN MUNDO NUEVO

¡Cristo ha resucitado!

Hoy es el día en que la vida de Jesús adquiere validez, el sello que garantiza que todo lo anterior ha sido auténtico, que no ha sido un sueño más, que Jesús no ha sido un loco soñador como tantos que nos encontramos a lo largo de la vida. Lo proclama Pedro: Dios resucitó al Jesús que pasó haciendo el bien. La muerte ha sido vencida. La Pascua no es un “pasar” del hombre. Es pasar por el hombre y quedarse definitivamente para siempre.

Desde ahora aspiramos a los bienes de arriba.

Esto no significa olvidarnos de nuestro compromiso con la tierra. Significa que el paso del Señor nos reviste de inmortalidad y nuestro destino es la Vida para siempre. A partir de ahora, aunque tengamos que saludar a la hermana muerte, ésta ya no será un motivo para el miedo o para el temor. Cristo nos ha abierto las puertas de la vida. Aunque pasemos por momentos de incertidumbre, sentiremos que el Señor nos acompaña en el caminar y nunca serán mayores las dificultades que nuestra capacidad para hacerles frente. Podemos decir a partir de hoy que “otro mundo es posible”, que otra manera de relacionarnos es posible, que otra manera de vivir y compartir es posible.

Hoy renovamos nuestra fe.

En el “Año de la fe” entendemos las Escrituras y creemos, como María Magdalena, como Pedro y “el otro discípulo”, que Cristo vive y está muy dentro de nosotros. Él transforma nuestra vida. En el Bautismo fuimos incorporados a la muerte y resurrección de Cristo. Su suerte desde entonces será la nuestra. Hoy es un día para celebrar y festejar, para hacer fiesta con los hermanos. Hoy es día para vivir comunicando esperanza en que la muerte no podrá con la vida porque Dios está con nosotros, empuja en nuestra misma dirección. Esta es la razón más profunda de nuestra fe y nuestra esperanza. La duda y la tristeza de los discípulos al creer que se habían llevado a Jesús se tornó en alegría. Creemos en el Dios de la vida y eso nos hace cultivadores y guardianes, protectores de la vida y de la fraternidad. Hoy es un día para salir al mundo y gritar con nuestro testimonio y con nuestro estilo de vida: “¡Aleluya! ¡Aleluya!”

Construir el mundo y la vida que anhelamos.

“Creer en la resurrección significa no resignarse a que el mundo siga adelante siempre de la misma manera”, afirmaba hace unos años el Cardenal Bergoglio. El actual Papa agregaba que “celebrar la pascua es creer con toda la fuerza de nuestro corazón que Cristo sigue viviendo en medio de nosotros y que es capaz de transformarnos desde dentro para ayudarnos a construir el mundo y la vida que anhelamos, y que nos parece tan lejano”.

¡Feliz Pascua de Resurrección!

Que el encuentro con Cristo Resucitado sea para nosotros un motivo para vivir, para esperar y para creer que Dios está a nuestro favor.


Padre José Mª Martín, OSA
                   España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.