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SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

jueves, 14 de junio de 2012

EVANGELIO DEL DOMINGO

XIº DOMINGO DEL
TIEMPO COMÚN DE LA IGLESIA.


 
SEMBRANDO ESPERANZA”

DOMINGO 17 DE JUNIO DE 2012

PRIMERA LECTURA.

TOMADA DE LA PROFECÍA
DE EZEQUIEL 17, 22-24

Así habla el Señor: Yo también tomaré la copa de un gran cedro, cortaré un brote de la más alta de sus ramas, y lo plantaré en una montaña muy elevada: lo plantaré en la montaña más alta de Israel. Él echará ramas y producirá frutos, y se convertirá en un magnífico cedro. Pájaros de todas clases anidarán en él, habitarán a la sombra de sus ramas. Y todos los árboles del campo sabrán que Yo, el Señor, humillo al árbol elevado y exalto al árbol humillado, hago secar al árbol verde y reverdecer al árbol seco. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré.

Palabra de Dios:
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
92 (91), 2-3. 13-16

R.: ES BUENO DARTE GRACIAS,
SEÑOR.

Es bueno dar gracias al Señor,
y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre;
proclamar tu amor de madrugada,
y tu fidelidad en las vigilias de la noche R.:

El justo florecerá como la palmera,
crecerá como los cedros del Líbano:
trasplantado en la Casa del Señor,
florecerá en los atrios de nuestro Dios R.:

En la vejez seguirá dando frutos,
se mantendrá fresco y frondoso,
para proclamar qué justo es el Señor,
mi Roca, en quien no existe la maldad R.:

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DE LA SEGUNDA CARTA
DEL APÓSTOL SAN PABLO A
LOS CRISTIANOS DE CORINTO 5, 6-10

Hermanos:

Nos sentimos plenamente seguros, sabiendo que habitar en este cuerpo es vivir en el exilio, lejos del Señor; porque nosotros caminamos en la fe y todavía no vemos claramente. Sí, nos sentimos plenamente seguros, y por eso, preferimos dejar este cuerpo para estar junto al Señor; en definitiva, sea que vivamos en este cuerpo o fuera de el, nuestro único deseo es agradarlo. Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba, de acuerdo con sus obras buenas o malas, lo que mereció durante su vida mortal.

Palabra de Dios:
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

La semilla es la Palabra de Dios, el sembrador es Cristo; el que lo encuentra permanece para siempre.

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN MARCOS 4, 26-34

Jesús decía a sus discípulos: “El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha”. También decía: “¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra”. Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo.

Palabra de Dios:
Gloria y Honor a ti, Señor Jesús.

LA PACIENCIA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL REINO

EL PROFETA DE LA ESPERANZA MESIÁNICA.

Los exiliados en Babilonia, especialmente después de la destrucción de Jerusalén, perdieron toda esperanza y padecían mucho recordando junto a los canales la solemnidad de las fiestas que en otro tiempo celebraban en el templo de Jerusalén. Tenían que soportar las burlas de un pueblo extranjero que les había vencido y deportado y que interpretaba su victoria como una victoria de sus dioses sobre Yahvé. Todos estos sentimientos los hallamos recogidos en algunos salmos compuestos en el destierro. Ezequiel anuncia el restablecimiento de la dinastía de David. Yahvé mismo trasplantará un retoño y éste crecerá en el más alto monte de Israel, en Sión, hasta convertirse en un cedro frondoso en el que anidarán toda clase de aves. Se trata, pues, de una profecía mesiánica, alusión a un señorío universal a cuyo amparo acudirán todos los pueblos. Esta imagen la encontramos de nuevo en la parábola evangélica del grano de mostaza del evangelio de hoy. El soberbio árbol del imperio de Babilonia será humillado por Yahvé, que ensalzará al humilde árbol de la casa de David.

EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR.

El hombre tiene su verdadera patria en el Señor y ahora en este mundo está desterrado. No está claro si Pablo se refiere a la parusia del Señor o si aquí afirma también un encuentro con el Señor en la muerte individual de los creyentes. Seguramente en la mente de Pablo está también afirmar que el sentido de la muerte individual es un encuentro con el Señor. De todas formas, lo importante es en este mundo aceptar la responsabilidad cristiana y agradar al Señor, ante quien todos comparecerán para ser juzgados. Pero sabemos que en ese juicio Dios actúa con misericordia, es un juicio para la salvación, a pesar de nuestros pecados.

COLABORADORES DEL REINO DE DIOS.

Hoy Jesús habla a la gente de una experiencia muy cercana a sus vidas: un hombre echa el grano en la tierra; el grano brota y crece. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Con estas palabras se refiere al Reino de Dios, que consiste en la santidad y la gracia, la verdad y la vida, la justicia, el amor y la paz. La semilla de la que habla el evangelio tiene una fuerza que no depende del sembrador. Una vez sembrada, crece misteriosamente hasta dar fruto, sin que el sembrador intervenga. Este ni siquiera sabe cómo acontece todo el proceso de crecimiento de la semilla. Lo mismo ocurre con el Reino de Dios, que nadie puede detener y ha de llegar a su plenitud cuando sea la hora. La Iglesia está todavía en camino hacia la plena manifestación y el establecimiento definitivo del Reino. Lo importante en la segunda parábola es la desproporción entre la pequeñez del principio (grano de mostaza) y la magnitud del final (el arbusto). Este Reino de Dios -que comienza dentro de cada uno- se extenderá a nuestra familia, a nuestro pueblo, a nuestra sociedad, a nuestro mundo. Hoy el Señor nos invita a sembrar con la humildad de quien sabe que la semilla, que es la Palabra, hará su obra por la fuerza divina que posee, y no por la eficacia humana que nosotros queramos darle. Por eso el evangelizador debe ser consciente de que es un colaborador de Dios y no el dueño que pueda manipular a su arbitrio la salvación. Aprendamos a trabajar por el Evangelio sin querer violentar los caminos de Dios. Aprendamos a escuchar al Señor y a llevar su mensaje de salvación orando para que el Señor haga que su Palabra rinda abundantes frutos de salvación en aquellos que son evangelizados.
 
El Reino de Dios es la civilización del amor,
de la que hablaba Pablo VI.

Padre José Mª Martín, OSA
España.

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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.