Iº
DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
SOLEMNIDAD
DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
“EN
CRISTO, AL PADRE, POR EL ESPÍRITU”.
DOMINGO
26 DE MAYO DE 2013
PRIMERA
LECTURA.
TOMADA
DEL LIBRO DE
LOS
PROVERBIOS 8, 22-31
Dice
la Sabiduría de Dios: El Señor me creó como primicia de sus
caminos, antes de sus obras, desde siempre. Yo fui formada desde la
eternidad, desde el comienzo, antes de los orígenes de la tierra. Yo
nací cuando no existían los abismos, cuando no había fuentes de
aguas caudalosas. Antes que fueran cimentadas las montañas, antes
que las colinas, yo nací, cuando Él no había hecho aún la tierra
ni los espacios ni los primeros elementos del mundo. Cuando Él
afianzaba el cielo, yo estaba allí; cuando trazaba el horizonte
sobre el océano, cuando condensaba las nubes en lo alto, cuando
infundía poder a las fuentes del océano, cuando fijaba su limite al
mar para que sus aguas no se desbordaran, cuando afirmaba los
cimientos de la tierra, yo estaba a su lado como un hijo querido y lo
deleitaba día tras día, recreándome delante de Él en todo tiempo,
recreándome sobre la faz de la tierra, y mi delicia era estar con
los hijos de los hombres.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL
8,
4-9
R.:
¡SEÑOR,
NUESTRO DIOS,
QUÉ
ADMIRABLE ES TU NOMBRE
EN
TODA LA TIERRA!
Al
ver el cielo, obra de tus manos,
la
luna y las estrellas que has creado:
¿qué
es el hombre para que pienses en él,
el
ser humano para que lo cuides?
R.:
Lo
hicite poco inferior a los ángeles,
lo
coronaste de gloria y esplendor;
le
diste dominio sobre la obra de tus manos,
todo
lo pusiste bajo sus pies
R.:
Todos
los rebaños y ganados,
y
hasta los animales salvajes;
las
aves del cielo, los peces del mar
y
cuanto surca los senderos de las aguas
R.:
SEGUNDA
LECTURA.
TOMADA
DE LA CARTA DEL
APÓSTOL
SAN PABLO A
LOS
CRISTIANOS DE ROMA 5, 1-5
Hermanos:
Justificados
por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor
Jesucristo. Por Él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la
que estamos afianzados, y por Él nos gloriamos en la esperanza de la
gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas
tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la
constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la
esperanza. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de
Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo,
que nos ha sido dado.
Palabra
de Dios.
Te
alabamos, Señor.
¡ALELUYA!
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, al Dios que es, que era y
que viene.
¡ALELUYA!
EVANGELIO.
EVANGELIO
DE
NUESTRO
SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN
SAN JUAN 16, 12-15
Durante
la Última Cena, Jesús dijo a sus discípulos: Todavía tengo muchas
cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora.
Cuando venga el Espíritu de la Verdad, Él los introducirá en toda
la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha
oído y les anunciará lo que irá sucediendo. Él me glorificará,
porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que
es del Padre es mío. Por eso les digo: Recibirá de lo mío y se lo
anunciará a ustedes.
Palabra
de Dios.
¡Gloria
y honor a Ti, Señor Jesús!
DIOS
ES AMOR GENEROSO Y GRATUITO.
EL
LIBRO DE LOS PROVERBIOS
NOS
MUESTRA QUE DIOS
NO
ES UN SER SOLITARIO,
NI
ABURRIDO, NI EGOÍSTA.
Dios
es una comunicación infinita, una sonrisa eterna, una generosidad
sin medida. La creación es un signo de su generosidad y de su
sabiduría. Dios
es vida que se desborda.
Ya antes de ser creados, Él se complacía en nosotros y en todas las
cosas, como los esposos que sueñan con el hijo deseado. Los sabios
bíblicos nos cantan las excelencias de la sabiduría como una hija
de Dios personificada. Es la primera en ser engendrada y acompaña a
Dios en todas sus obras. “Yo estaba junto a Él, como aprendiz, y
yo era su encanto cotidiano”. El autor de los Proverbios acertó en
sus imágenes literarias. La
Sabiduría de Dios llega a ser persona en el Hijo, engendrado desde
el principio, que dialoga gozoso con el Padre y es colaborador en
todas sus obras, “su encanto cotidiano”.
Dios no es un ser solitario ni aburrido. La creación es el
desbordamiento de esta comunicación.
Desde la eternidad, Dios ya piensa en nosotros y nos ama.
“EL
AMOR DE DIOS HA SIDO DERRAMADO
EN
NUESTROS CORAZONES
CON
EL ESPÍRITU SANTO
QUE
SE NOS HA DADO”.
Se
trata aquí, en la Carta a los Romanos, del amor especial que Dios
nos tiene y del que nadie podrá separarnos. A la hora de esforzarse
por llevar a cabo el plan de Dios, el hombre cristiano tiene un
incentivo: Dios
no se ha guardado su capacidad de querer, sino que nos la ha dado a
nosotros. El
estar en paz con Dios no quiere decir tanto buscar la paz, sino el
caer en cuenta de que ya se nos ha dado la paz en Jesucristo. La paz
se convierte así en el mayor bien y no en una simple dimensión del
alma, en una mera virtud. Estar
en paz con Dios es saberse salvado
y con fuerza para emprender una labor constructiva en favor de la
humanidad.
SE
NOS COMUNICARÁ UN DÍA
LO
QUE ESTÁ POR VENIR.
El
texto del evangelio de Juan identifica a Jesús con la verdad. Esta
no es pues un concepto o una categoría, sino una persona. El
conocimiento de una persona no se hace ni se agota una vez por todas:
se va haciendo continuamente, diariamente. Facilitar este
conocimiento es la tarea y la función del Espíritu: Él irá
llevando al grupo cristiano a un conocimiento cada vez más hondo de
Jesús. Este conocimiento progresivo explica la expresión “muchas
cosas me quedan por decirles”. Hay
mucho terreno inexplorado en la verdad de Jesús, es decir, en su
persona, que sólo puede ser conocido a medida que la experiencia
coloca a la comunidad delante de nuevos hechos o circunstancias.
Los cristianos deberán saber estar abiertos, por una parte, a la
vida y a la historia -los signos de los tiempos- y, por otra, a la
voz del Espíritu que se la interpreta. Uno de los cometidos del
Espíritu es llevar a los discípulos hasta el conocimiento pleno de
Jesús. Que
el Espíritu glorifica a Cristo es realidad en la medida en que
conduce a los discípulos progresivamente al conocimiento de la
realidad que se manifiesta en Él.
El misterio trinitario se nos desvelará un día, como dice San
Agustín: “El
Espíritu Santo, de quien hemos recibido ahora la prenda, es el que
nos garantiza que llegaremos a la plenitud de que habla el mismo
Apóstol: Entonces lo veremos cara a cara; y: Ahora conozco sólo en
parte, pero entonces conoceré como soy conocido yo (1
Cor 13, 9.12).
No
es en esta vida donde conoceremos todo ni donde llegaremos al
perfecto conocimiento que el Señor nos prometió para el futuro
mediante el amor del Espíritu Santo, al decir: Os enseñará toda la
verdad. Os guiará a toda verdad”
(Comentarios
sobre el evangelio de San Juan 96,4).
Padre
José Mª Martín, OSA
España
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Jesús
nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina
y Juan.
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