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SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

lunes, 17 de junio de 2013

Y LA VERDAD OS HARÁ LIBRES

Y LA VERDAD OS HARÁ LIBRES.


Hoy queremos presentarles una enseñanza que va dirigida a todos los cristianos y especialmente a nuestros hermanos católicos de la Renovación Carismática Católica en El Espíritu Santo.

USTEDES SON LA SAL Y LA LUZ DE LA TIERRA
USTEDES SON EL FERMENTO DE LA MASA.

Estamos en Chile en época pre-eleccionaria, hemos escuchado decir demasiadas veces, a distintas personas, pero sobre todo a los cristianos, que ellos no se meten en política, el utilizar esa frase y hacerla propia, es favorecer el relativismo moral, no podemos ni debemos hacernos parte de este tipo de ideas, es necesario que quienes decimos seguir a Cristo pongamos también en práctica sus enseñanzas, nos dice Jesús en:

Mt 5, 13-16

Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres. Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.

Y también en:

Mt 13, 33

Después les dijo esta otra parábola: “El Reino de los Cielos se parece a un poco de levadura que una mujer mezcla con gran cantidad de harina, hasta que fermenta toda la masa”.

Nuestra misión como laicos, es ser la sal de la tierra, nuestra misión es darle sabor a la vida, pero el sabor correcto, propagando la Palabra de Dios, la Buena Nueva de Jesucristo, debemos ser luz para el mundo, anunciando la Palabra de Dios y poniéndola en práctica para poder transformarnos en el fermento que transforme toda la masa.

Sí queremos que éste mundo cambie, que se respeten los derechos de todas las personas debemos predicar con el ejemplo, no podemos ir a Misa y comulgar, para luego salir a la calle y volver a nuestra vida insípida, peleándonos con medio mundo, nadie nos creería, pero suele ocurrir que apenas salidos del templo -ya en el estacionamiento- nos peleamos por salir primeros, no podemos ser como las semillas, que:

cayeron en terreno pedregoso donde no había mucha tierra y brotaron enseguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol se quemaron y, por falta de raíz, se secaron
(Mt 13, 5-6).

Muy por el contrario, debemos aprender y hacer vida en nosotros las enseñanzas de Jesús.

Debemos ser ejemplo para los demás.

CAUTELAR LA VERDAD.

Pero también tenemos otra misión en este mundo que va completamente ligada a la anterior, tenemos la obligación de cautelar la verdad, no solo de decirla nosotros, sino también de advertir a los otros cuando se apartan de ella.

Sabemos que es difícil, que hay muchos que dicen: “No, yo no me meto”, para que me voy a hacer problemas, total, cada uno es responsable de sus actos, pero la cosa no es tan así, tenemos el deber y la obligación moral de advertir a quién se aparta de la verdad, a quién da interpretaciones antojadizas a situaciones que son abiertamente contrarias a la escala de valores cristiana, citemos como ejemplo “la píldora de día después”, es un fármaco probadamente abortivo -y decimos fármaco y no medicamento, pues estos últimos están diseñados para salvar vidas, no para truncarlas- si revisamos la historia en Chile, ella dirá, que fue aprobada para su distribución por un gobierno de izquierda, pero que su implementación se realizó en uno de centro derecha que se decía cristiano, piensen y concluyan ustedes mismos.

Se preguntarán algunos, ¿Y en qué se basan para esta última parte de la enseñanza? Pues en el siguiente texto del profeta Ezequiel:

Ez 3, 16-20

Al cabo de siete días, la palabra del Señor me llegó en estos términos:

Hijo de hombre, Yo te he puesto como centinela del pueblo de Israel. Cuando escuches una palabra de mi boca, tú les advertirás de parte mía. Cuando Yo diga al malvado: “Vas a morir”, si tú no se lo adviertes, si no hablas para advertir al malvado que abandone su mala conducta, y de esa manera salve su vida, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre. Si tú, en cambio, adviertes al malvado y él no se convierte de su maldad y de su mala conducta, él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida. Y cuando el justo se aparte de su justicia para hacer el mal, Yo lo haré tropezar, y él morirá porque tú no se lo has advertido: morirá por su propio pecado y no le serán tenidas en cuenta sus obras de justicia, pero a ti te pediré cuenta de su sangre. Si tú, en cambio, adviertes al justo para que no peque y el justo no peca, él vivirá porque ha sido advertido, y tú habrás salvado tu vida.

Veamos pues, la situación es grave:

Cuando Yo diga al malvado: “Vas a morir”, si tú no se lo adviertes, si no hablas para advertir al malvado que abandone su mala conducta, y de esa manera salve su vida, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre.

Y cuando el justo se aparte de su justicia para hacer el mal, Yo lo haré tropezar, y él morirá porque tú no se lo has advertido: morirá por su propio pecado y no le serán tenidas en cuenta sus obras de justicia, pero a ti te pediré cuenta de su sangre.

No es tan sencillo como parece ¿No?, continuemos:

Si tú, en cambio, adviertes al malvado y él no se convierte de su maldad y de su mala conducta, él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida.

Si tú, en cambio, adviertes al justo para que no peque y el justo no peca, él vivirá porque ha sido advertido, y tú habrás salvado tu vida.

¡Que alivio, Señor!

No debemos actuar, pues, como las avestruces, no podemos dar vuelta la cara y mirar para otro lado, haciéndonos los tontos, so pena que queramos hacernos responsables de la sangre (vida) de otros y ser condenados por ello.


Ayúdanos, Señor Jesús,
a poner por obra tu Palabra.
Ayúdanos, Señor Jesús,
a ser responsables
con nosotros y nuestros hermanos.
Con tu ayuda, todo lo podemos. Amén.


TODO LO PUEDO EN AQUEL QUE ME FORTALECE
(Filp 4,13).
______________________
Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.

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