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SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

viernes, 7 de junio de 2013

EVANGELIO DEL DOMINGO

Xº DOMINGO DEL TIEMPO
COMÚN DE LA IGLESIA.





 

QUÉ DIFÍCIL ES CREER
EN UN SOLO DIOS”.

DOMINGO 09 DE JUNIO DE 2013

 
PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL PRIMER LIBRO DE
LOS REYES 17, 17-24

En aquellos días, cayó enfermo el hijo de la viuda que había socorrido al profeta Elías, y su enfermedad se agravó tanto que no, quedó en él aliento de vida. Entonces la mujer dijo a Elías: “¿Qué tengo que ver yo contigo, hombre de Dios? ¡Has venido a mi casa para recordar mi culpa y hacer morir a mi hijo!” “Dame a tu hijo”, respondió Elías. Luego lo tomó del regazo de su madre, lo subió a la habitación alta donde se alojaba y lo acostó sobre su lecho, e invocó al Señor, diciendo: “Señor, Dios mío, ¿también a esta viuda que me ha dado albergue la vas a afligir, haciendo morir a su hijo?” Después se tendió tres veces sobre el niño, invocó al Señor y dijo: “¡Señor, Dios mío, que vuelva la vida a este niño!” El Señor escuchó el clamor de Elías: el aliento vital volvió al niño, y éste revivió. Elías tomó al niño, lo bajó de la habitación alta de la casa y se lo entregó a su madre. Luego dijo: “Mira, tu hijo vive”. La mujer dijo entonces a Elías: “Ahora sí reconozco que tú eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor está verdaderamente en tu boca”.


Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
30 (29), 2. 4-6. 11-12. 13

R.:
YO TE GLORIFICO, SEÑOR,
PORQUE TÚ ME LIBRASTE.

Yo te glorifico, Señor, porque Tú me libraste
y no quisiste que mis enemigos se rieran de mí.
Tú, Señor, me levantaste del Abismo
y me hiciste revivir,
cuando estaba entre los que bajan al sepulcro R.:

Canten al Señor, sus fieles;
den gracias a su santo Nombre,
porque su enojo dura un instante,
y su bondad, toda la vida:
si por la noche se derraman lágrimas,
por la mañana renace la alegría R.:

Escucha, Señor, ten piedad de mí;
ven a ayudarme, Señor”.
Tú convertiste mi lamento en júbilo:
¡Señor, Dios mío, te daré gracias eternamente! R.:

SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO DEL
APÓSTOL SAN PABLO A
LOS CRISTIANOS DE GALACIA 1, 11-19

Quiero que sepan, hermanos, que la Buena Noticia que les prediqué no es cosa de los hombres, porque yo no la recibí ni aprendí de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo. Seguramente ustedes oyeron hablar de mi conducta anterior en el Judaísmo: cómo perseguía con furor a la Iglesia de Dios y la arrasaba, y cómo aventajaba en el Judaísmo a muchos compatriotas de mi edad, en mi exceso de celo por las tradiciones paternas. Pero cuando Dios, que me eligió desde el vientre de mi madre y me llamó por medio de su gracia, se complació en revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos, de inmediato, sin consultar a ningún hombre y sin subir a Jerusalén para ver a los que eran Apóstoles antes que yo, me fui a Arabia y después regresé a Damasco. Tres años más tarde, fui desde allí a Jerusalén para visitar a Pedro, y estuve con él quince días. No vi a ningún otro Apóstol, sino solamente a Santiago, el hermano del Señor.


Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo
(Lc 7,16).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN LUCAS 7, 11-17

Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba. Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: “No llores”. Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: “Joven, Yo te lo ordeno, levántate”. El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre. Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: “Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo”. El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.


Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

A FAVOR DE LA VIDA.

LAS LECTURAS DE HOY
SON UN CANTO A LA VIDA.

Dios quiere la vida, por eso devuelve la respiración al hijo de la señora que había hospedado en su casa al profeta Elías. Jesucristo se enfrenta a la muerte y la vence. El hijo de la viuda de Naín vuelve a la vida. Es un reto, el de vencer a la muerte, al que Cristo no se ha resistido nunca. No en vano, Él dijo que había venido para que los hombres tuvieran vida y la tuvieran abundantemente. Esta vida que Cristo traía y quería no es solo una vida del más allá, sino también una vida de acá, una vida en el mundo pensado y creado para todos los hombres y en donde todos los hombres tienen derecho a encontrar su hogar. Trabajar en favor de la vida es un reto de nuestro mundo a todos los hombres de buena voluntad. Es un reto, por eso, para todos los cristianos.

DEBEMOS PREGUNTARNOS
SI ESTAMOS COMPROMETIDOS
EN LA DEFENSA DE LA VIDA
EN LA TEORÍA Y EN LA PRÁCTICA.

Quizá pudiéramos responder a ese examen con alguna certeza, viendo con sinceridad cuál es el valor fundamental de nuestra vida. Si este valor es el bienestar, estamos perdidos. No responderemos positivamente al reto; si no lo es, estamos salvados. Si hemos sido capaces de poner el amor al prójimo donde los hombres ponen el bienestar, estamos de enhorabuena, porque seremos capaces de reconocer de hecho y de derecho que el hombre debe vivir, desde que se anuncia en el seno de su madre hasta que ya no es sino un ser indefenso absolutamente necesitado de todo y todos en la vejez. Jesucristo venció a la muerte porque no dudó en morir para que los hombres vivieran, es decir, venció a la muerte porque amó a los hombres por encima de su propio bienestar y de su propio y personal interés. En el evangelio hay dos realidades, las dos grandes realidades del hombre, la muerte y la vida. Hoy a nuestro alrededor están presentes estas dos realidades, y en medio de ellas cada uno de nosotros con dos posibilidades: vencer la muerte o acabar con la vida. Los cristianos sólo podemos estar del lado de la vida.

DIOS LIBERA Y SALVA,
ESTA ES LA GRAN NOTICIA
QUE TENEMOS QUE DIVULGAR.

Los primeros versículos del evangelio de hoy giran en torno a la madre viuda. La muerte de su hijo es, en realidad, su propia muerte: ella será, a lo sumo, sujeto de compasión y de limosna, pero desde ahora carece de identidad; sin su hijo varón no es nadie. Por eso, la atención del autor no se centra en el milagro físico, sino en la viuda. Cuando recalca al final “y se lo entregó a su madre”, Lucas no quiere indicar simplemente un delicado gesto humanitario de Jesús; su intencionalidad es más profunda: Jesús restituye y hace posible la identidad personal que los ordenamientos humanos imposibilitan y a veces niegan. Este es el Reino de Dios, el nuevo ordenamiento humano que Jesús trae de parte de Dios. La parte final del evangelio muestra el modo en que los presentes así lo captan y lo manifiestan. Está teniendo lugar una visita importante: Dios, por medio de su Profeta, que es el Hijo de Dios, “ha venido a liberar a su pueblo”. En razón del visitante la visita resulta sobrecogedora. No se trata del miedo psicológico, sino de ese contener sobrecogido la respiración al caer en la cuenta de la categoría del visitante. Es uno de los aspectos característicos de la experiencia religiosa bíblica. Dios libera y salva, esta es la gran noticia que tenemos que experimentar y difundir nosotros por todo el mundo. Por eso cantamos con el Salmo 29: “Te ensalzaré, Señor, porque me has librado”.

Padre José Mª Martín, OSA
España
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Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.

1 comentario:

  1. QUÉ LINDO LO QUE NOS PRESENTA EL SEÑOR ESTE DOMIGO,VEMOS UNA POSIBILIDAD DE REFLEXIONAR ANTE LA VIDA,QUE DIOS NO DUDÓ EN HUMANARSE PARA DARLA A TODOS NOSOTROS ..QUÉ GRAN REGALO DIOS SANTO¡¡¡¡,A VECES ,CUANDO LEEMOS LAS LECTURAS,MUY VAGAMENTE LLEGAN LUCES A NUESTRO ENTENDIMIENTO,DONDE UNA ALCANZA A ENTENDER ALGO,DE LO QUE HIZO NUESTRO BUEN JESÚS,Y NOS INVADE UN SENTIMIENTO DE AMOR POR ÉL,MUY GRANDE,LE PIDO QUE AYUDE A MI CONVERSIÓN PARA DAR ESE AMOR AL PRÓJIMO.AMÉN.

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