Datos personales

Mi foto
SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

martes, 2 de octubre de 2012

EVANGELIO DEL DOMINGO

XXVIIº DOMINGO DEL TIEMPO COMÚN
                                       DE LA IGLESIA



“JESÚS Y LOS POBRES”



DOMINGO 07 DE OCTUBRE DE 2012

PRIMERA LECTURA.

TOMADA DEL LIBRO
DEL GÉNESIS 2, 4b. 7. 18-24

Cuando el Señor Dios hizo la tierra y el cielo, modeló al hombre con arcilla del suelo y dijo: “No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada”. Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre para ver qué nombre les pondría. Porque cada ser viviente debía tener el nombre que le pusiera el hombre. El hombre puso un nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no encontró la ayuda adecuada. Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño, y cuando este se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar vacío. Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre. El hombre exclamó: “¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre”. Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
128 (127), 1-6

R.: QUE EL SEÑOR NOS BENDIGA
TODOS LOS DÍAS DE NUESTRA VIDA.

¡Feliz el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás feliz y todo te irá bien  R.:

Tu esposa será como una vid fecunda
en el seno de tu hogar;
tus hijos, como retoños de olivo
alrededor de tu mesa  R.:

¡Así será bendecido el hombre
que teme al Señor!
¡Que el Señor te bendiga desde Sión
todos los días de tu vida:
que contemples la paz de Jerusalén  R.:

Y veas a los hijos de tus hijos!
¡Paz a Israel!  R.:
SEGUNDA LECTURA.

TOMADA DE LA CARTA A
LOS HEBREOS 2, 9-11

Hermanos:

A Aquél que fue puesto por poco tiempo debajo de los ángeles, a Jesús, ahora lo vemos coronado de gloria y esplendor, a causa de la muerte que padeció. Así, por la gracia de Dios, Él experimentó la muerte en favor de todos. Convenía, en efecto, que Aquel por quien y para quien existen todas las cosas, a fin de llevar a la gloria a un gran número de hijos, perfeccionara, por medio del sufrimiento, al jefe que los conduciría a la salvación. Porque el que santifica y los que son santificados, tienen todos un mismo origen. Por eso, Él no se avergüenza de llamarlos hermanos.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

¡ALELUYA!

Sí nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros
(1Jn 4,12).

¡ALELUYA!

EVANGELIO.

EVANGELIO DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN MARCOS 10, 2-12

Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: “¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?” El les respondió: “¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?” Ellos dijeron: “Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella”. Entonces Jesús les respondió: “Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer.  Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”. Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto. Él les dijo: “El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio”.

Palabra de Dios.
¡Gloria y honor a Ti, Señor Jesús!

HAY QUE CUIDAR EL AMOR.

El amor, bendecido por Dios

Las lecturas de este domingo tienen como tema central el matrimonio. Ya desde el principio de la Biblia se dice que Dios bendice la unión del hombre y la mujer para que sean los dos “una sola carne”. Dios quiso que el hombre no estuviera solo. El ser humano, representado por Adán, es un ser social, hecho para dialogar, para relacionarse. En el capítulo primero del Génesis se dice que Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen. Ahora, en el capítulo segundo, se resalta que son iguales en dignidad. La mujer no es solo “la costilla de Adán”, es alguien semejante e igual a él, de su misma carne. ¡No debemos interpretar este texto diciendo que es “machista” porque la mujer ocupa un segundo plano! ¿Qué don concede Dios al hombre y la mujer que se unen en matrimonio?: les da un corazón nuevo para que sean capaces de amarse como El mismo nos ama. Es ésta una fiesta del amor, donde triunfa el amor. El sacramento evoca, convoca y provoca para el futuro. El amor humano ha sido bendecido por Dios. Dios acoge con cariño la historia concreta de amor de dos personas que quieren unir sus vidas para siempre. Y eleva este amor a un nivel verdaderamente divino. A partir de este momento Dios ama a cada uno a través del amor del otro, y cada uno ama a Dios amando al otro.

¿Qué cUalidades tiene el amor?
 
Es una participación del amor que Dios nos tiene. Es un amor que toma la iniciativa. No espera que el otro dé el primer paso. Se lanza el primero. Además es comprensivo, disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites. Sabe perdonar porque no busca el propio interés, sino el del otro. Es capaz de decir “¡Perdóname!” y “Te perdono, porque te quiero”. Es un amor personal. Lleva a aceptar al otro como es, sin pretender cambiarlo, ni dominarlo, ni anularlo. Quiere la realización del otro sin esclavitudes. Es como tener al ser querido en un pedestal, buscando en todo momento su bien. Es un amor total. Pone en juego todo lo que somos. La persona es cuerpo: los esposos entregan su propio cuerpo para que sea del otro es en esa liturgia inventada por Dios, que es el encuentro sexual. El amor se dirige a toda la persona, no sólo al cuerpo, de tal manera que la misma relación sexual se convierte en la forma privilegiada de amor y entrega al otro. La persona es corazón: amar es darse. Cada uno se ofrece al otro todo su cariño para hacer feliz al otro. La persona es libertad: los novios se dan un sí que compromete toda vuestra vida. Es como decirse: “Mi vida eres tú”, o “sin ti no soy nada”. No pueden entender la vida el uno sin el otro. Es un amor fecundo. Necesita salir de sí mismo y dar vida: los hijos, fruto del amor. Pero debe ser fecundo también para los demás. No se trata solamente de mirarse el uno al otro, sino también de mirar juntos a los demás, para que el amor sea también bendición para otros muchos. Juntos pueden cambiar el mundo. Muchas personas les siguen necesitando: familia, amigos, compañeros, pobres…

La fidelidad en el amor

El evangelio dice “lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”. Los esposos se comprometen a vivir siempre juntos. Pero hay que saber priorizar en la vida: el amor es lo más importante, es un tesoro. Tiene que crecer y hay que cuidarlo. No podemos ser ingenuos y pensar que crece solo. Son muy importantes los pequeños detalles, el diálogo para mantener la confianza mutua y la comunicación… Hay que ver las cosas no solo desde el punto de vista de cada uno, sino también como las ve el otro. Siempre debe reinar el respeto en la relación mutua. El dedicarse tiempo el uno al otro es fundamental. Hay que evitar todo aquello que pone en peligro al amor y favorecer lo que le hace crecer. Los esposos deben dejarse ayudar cuando vienen las dificultades, buscar apoyo: familia, amigos, cursillos, encuentros matrimoniales, grupos….


El amor mutuo es el mejor camino para entender y amar a Dios. Dios sella su amor. Han querido que esté presente en medio de ellos y por eso “la cuerda de tres hilos no es fácil de romper”, nos dice el Libro del Eclesiastés. Juntos deben dar gracias a Dios cada día por vuestro amor. Dios está en medio de vuestro hogar. Es El quien les nutre, une y hace posible su amor. El amor así entendido tiene ansia de eternidad ¡Qué hermoso es creer que Dios ha soñado junto a dos personas que se quieren!  
 
Una pequeña parábola puede ayudarnos a entender cómo hay que cuidar el amor para que no se rompa nunca:

Un esposo fue a visitar a un sabio consejero y le dijo que ya no quería a su esposa y que pensaba separarse. 

El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y solamente le dijo una palabra: Ámala, luego guardó silencio.

-Pero es que ya no siento nada por ella. 

-Ámala, repuso el sabio. 

Y ante el desconcierto del señor, después de un oportuno silencio, el viejo sabio agrego lo siguiente:

- Amar es una decisión, no un sentimiento; Amar es dedicación y entrega, amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor. El Amor es un ejercicio de jardinería: arranca lo que puede hacer daño a tu jardín, prepara el terreno, siembra, sé paciente, riega y cuida. Debes estar preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvias, mas no por eso abandones tu jardín. Ama a tu pareja, es decir, acéptala, valórala, respétala, dale afecto y ternura, admírala y compréndela. Eso es todo, Ámala.


Padre José Mª Martín, OSA
                   España
____________________

Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario