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SANTIAGO, Chile
Somos un matrimonio católico chileno, compuesto por Juan Rajs Grzebien, Corredor de Propiedades y Helicicultor y Nina Mónica Ramírez Donders, Profesora de Religión y Moral, Habilitada en Filosofía y Educadora de Párvulos, nuestra intención es promover la Doctrina y Cultura Católicas. Para mí, Juan Rajs, mi mayor orgullo y mi gran inspiración es Ninita, mi esposa, mi Dulce y Tierno regalito de Jesús como yo la llamo, no ceso de alabar a Dios por habermela concedido desde la eternidad, para amarla, respetarla y cuidarla siempre.

sábado, 18 de agosto de 2012

ACERCA DEL PERDÓN

EL PERDÓN.


 
Publicamos hoy una serie de consejos y de oraciones de perdón tan necesarias para vivir en completa libertad nuestra calidad de hijos de Dios.
Nos enorgullece saber que solo dentro de nuestra querida Renovación en El Espíritu Santo nos dan este tipo de enseñanzas, estas no las encontrarán en ningún lugar aparte de la RCC, ni dentro de la Santa Iglesia Católica -a la cual pertenecemos con mucho orgullo- ni fuera de ella, este es pues, uno de lo grandes aportes que hacemos a nuestra Iglesia.
Todos hemos experimentado los grandes sinsabores que conlleva vivir con una mochila de faltas de perdón a cuestas, debemos recordar lo que todos rezamos en el Padre Nuestro: “perdónanos como nosotros perdonamos”, en otras palabras, sí nosotros no perdonamos, no podemos esperar recibir el perdón de nuestro Padre Dios.
Al perdonar, nosotros nos liberamos de esa carga, ¡somos libres! Y nos sentimos como tales, solo allí podemos llegar a vivir en plenitud -como decíamos más arriba- nuestra calidad de hijos de Dios, adoptivos, pero realmente con todos los derechos de ser hijos de un Padre Bueno y amoroso.

Jesús nos bendiga, a ustedes y a nosotros,
Nina y Juan.


EL PERDÓN.

Los resentimientos nos impiden vivir plenamente sin saber que un simple acto de nuestra voluntad puede cambiar nuestras vidas y las de quienes nos rodean.
En los momentos en que la amistad o la convivencia se rompen por cualquier causa, lo más común es la aparición de sentimientos negativos: la envidia, el rencor, el odio y el deseo de venganza, llevándonos a perder la tranquilidad y la paz interior. Al perder la paz y la serenidad, los que están a nuestro rededor sufren las consecuencias de nuestro mal humor y de nuestra falta de comprensión. Al pasar por alto los detalles pequeños que nos incomodan, no se disminuye la alegría en el trato cotidiano en la familia, la escuela o la oficina.
Sin embargo, no debemos dejar que estos aspectos nos invadan, sino por el contrario, perdonar a quienes nos han ofendido, como un acto voluntario de disculpar interiormente las faltas que han cometido otros.
En ocasiones, estos sentimientos son provocados por acciones o actitudes de los demás, pero en muchas otras, nos sentimos heridos sin una razón concreta por una pequeñez que ha lastimado nuestro amor propio.
La imaginación o el egoísmo pueden convertirse en causa de nuestros resentimientos:
 -Cuando nos damos el lujo de interpretar la mirada o la sonrisa de los demás, naturalmente, de manera negativa;
 - Por una respuesta que recibimos con un tono de voz, a nuestro juicio indiferente o molesta;
 - No recibir el favor que otros nos prestan, en la medida y con la calidad que nosotros habíamos supuesto;
 - En el momento que una persona que consideramos de "una categoría menor", recibe un favor o una encomienda para lo cual nos considerábamos mas aptos y consideramos injusta la acción.
Es evidente que al ser susceptibles, creamos un problema en nuestro interior, y tal vez enjuiciamos a quienes no tenían la intención de lastimarnos.

Para saber perdonar necesitamos:

- Evitar "interpretar" las actitudes.
- No hacer juicios sin antes preguntarnos el "por qué" nos sentimos agredidos, así encontraremos la causa: imaginación, susceptibilidad, egoísmo.
- Sí el malentendido surgió en nuestro interior solamente, no hay porque seguir lastimándonos. Lamentamos bastante cuando descubrimos que no había motivo de disgusto... entonces nosotros debemos pedir perdón.

Sí efectivamente hubo una causa real o no tenemos claro que ocurrió:

- Tener disposición para aclarar o arreglar la situación.
- Pensar la manera de llegar a una solución.
- Buscar el momento mas adecuado para conversarlo con calma y tranquilidad,    sobre todo por nuestra parte.
- Escuchar con paciencia, buscando comprender los motivos que hubo.
- Exponer nuestras razones y llegar a un acuerdo.
- Olvidar el incidente y seguir como sí nada hubiera pasado.
El perdón enriquece al corazón porque le da mayor capacidad de amar, sí perdonamos con prontitud y sinceramente, estamos en posibilidad de comprender las fallas de los demás, actuando generosamente en ayudar a que las corrijan.
Es necesario recordar que los sentimientos negativos de resentimiento, rencor, odio o venganza pueden ser mutuos debido a un malentendido, y es frecuente encontrar familias en donde se forma un verdadero torbellino de odios. Nosotros no perdonamos porque los otros no perdonan. Es necesario romper ese círculo vicioso comprendiendo que "Amor saca amor". Una actitud valiente de perdón y humildad obtendrá lo que la venganza y el odio nunca pueden, y eso es, lograr reestablecer la armonía.
Una sociedad, una familia o un individuo lleno de resentimientos impiden el desarrollo hacia una esfera más alta.
Perdonar es más sencillo de lo que parece, todo está en buscar la forma de mantener una convivencia sana, de la importancia que les damos a los demás como personas y de no dejarnos llevar por los sentimientos negativos.
(Juan Rajs G. -2003).
Es necesario comprender cuan necesario es el perdón en nuestras vidas. Muchas de nuestras enfermedades físicas se deben a nuestras faltas de perdón. Llevamos una gran mochila a cuestas cuando no perdonamos, incluso en aquellas personas que no son creyentes las faltas de perdón les producen verdaderas trancas en sus vidas.
Para quienes creemos en DIOS, nos basta recordar que en el "Padre Nuestro" dice:
"...perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos..." o sea, sí nosotros no perdonamos, no podemos esperar el perdón de nuestro PADRE que está en los cielos. Dice JESUS: "sí vas al Templo a ofrecer un sacrificio a DIOS y por el camino recuerdas que tienes un pleito con tú hermano (prójimo o incluso enemigo) vuelve y abuénate con él, sólo en ese caso tú sacrificio será agradable a tu PADRE DIOS".
Sabemos que mucha veces las ofensas que no han inferido son tan grandes que sentimos que es imposible perdonar, sin embargo, el perdón no es un sentimiento, sino mas bien un acto de voluntad, sabemos también que muchas veces no es prudente ir adónde la persona que nos ofendió, a decirle "yo te perdono por tal o cual cosa", sobre todo porque muchas veces no somos conscientes de haber causado ese daño, cuantas veces nos enojamos porque alguien "nos miró feo", por tanto es importante perdonar, porque sí no lo hacemos, seguimos atados al problema. Otras veces decimos que en estos casos debe haber reciprocidad, no es así, al perdonar, soy yo quien se libera del problema, uno queda libre, y SE SIENTE LIBRE, por eso es tan importante el perdón, ya no importa sí el otro te perdonó o no lo hizo, eres tú quien se liberó y puedes enfrentar la vida con esa libertad.
Y sobre todo recordar que:
"El perdón es un acto de voluntad y no un sentimiento".
Es necesario realizar estas oraciones de perdón diariamente, por un tiempo no inferior a 90 días y en tono audible, porque al repetirlas uno mismo se convence de lo que está haciendo.
Ten la seguridad hermano, que ese acto de voluntad tuyo, tú SEÑOR lo convertirá en un acto de corazón.


A la vez debemos pedir al SEÑOR, que sane nuestra memoria, en cuanto a esas heridas, entonces junto con la oración de perdón, se debe pedir esa sanación. La Sanación de la memoria, se debe pedir en los siguientes términos:
Padre Dios, yo……..te pido que sanes mí memoria en cuanto a la(s) herida(s) que he recibido por mis faltas de perdón, que reemplaces esos recuerdos dolorosos que hay en mí y pongas en su lugar tu amor. Gracias Señor.
Cuantas veces hemos escuchado o dicho la frase: "yo perdono pero no olvido"; eso es una ficción, quien no olvida, no perdona: Danos tu olvido SEÑOR.
Que el SEÑOR JESÚS nos sane, nos perdone y nos bendiga, por siempre, Amén.
(Guía para la enseñanza sobre el perdón, Juan Rajs - 2006).

EL PERDÓN. - ORACIONES (TIPO).

Esta es una guía tipo de oraciones de perdón, con sus correspondientes meditaciones y consejos.

Su autoría pertenece al Padre Juan Carlos Godoy, con correcciones realizadas por el Padre Carlos Aldunate (sj). (Santiago de Chile - 1998).


ORACIONES.

Padre Dios en el nombre Santo y Todopoderoso de Jesús y con la fuerza y la gracia del Espíritu Santo, yo te pido perdón por todos los pecados de pensamiento, palabra, obra y omisión, que he cometido durante toda mí vida y acepto Tu perdón y Tu amor.

Padre Dios en el nombre Santo y Todopoderoso de Jesús y con la fuerza y la gracia del Espíritu Santo, yo perdono a todas las personas que me hayan dañado consciente o inconscientemente durante toda mí vida, porque no saben lo que hacen. Los amo y los bendigo.

Padre Dios en el nombre Santo y Todopoderoso de Jesús y con la fuerza y la gracia del Espíritu Santo, yo perdono a..........................por todo el daño que me ha causado consciente o inconscientemente durante toda mí vida y sobre todo por..............................porque no sabe lo que hace. Lo(a) amo y lo(a) bendigo.

Padre Dios en el nombre Santo y Todopoderoso de Jesús y con la fuerza y la gracia del Espíritu Santo, en Fe, yo acepto todas aquellas cosas de las que te haya culpado consciente o inconscientemente durante toda mí vida. Confío en Tu amor y Tu sabiduría.
Padre Dios en el nombre Santo y Todopoderoso de Jesús y con la fuerza y la gracia del Espíritu Santo, me perdono por todo el bien que he dejado de hacer y por todo el daño hecho a mí mismo y a los demás.

Padre Dios en el nombre Santo y Todopoderoso de Jesús y con la fuerza y la gracia del Espíritu Santo, yo renuncio a todas las obras, tentaciones, seducciones, obsesiones, opresiones y engaños del mal en todas sus formas y acepto a Jesucristo como a mí único Señor y Salvador.

Padre Dios en el nombre Santo y Todopoderoso de Jesús y con la fuerza y la gracia del Espíritu Santo, por  La Comunión de Los Santos, yo perdono a...........................por todo el daño que causó en mí vida consciente o inconscientemente y sobre todo por..........................porque él(ella) no sabía lo que hacía. Lo(a) amo y l@ bendigo.

Credo, Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

(Nota: como los católicos creemos en La Comunión de Los Santos, podemos realizar estas oraciones de perdón, con respecto a las personas fallecidas.

MEDITACIONES.



Deut
  18,  9-22;
Filip
  2;



Is
  49,13-15;
Ez
 37;




Ef
    6,10-18;
Mc
 16;



Mt
    7,  1- 5;
Jn
   6;



Lc
  19,  1-10;
Sal
  74 (73);




Jn
  17;

Sal
148;



Mc
   4, 30-34;
Mt
    9,  1- 8;


Mc
   4, 35-41;
Sal
  73 (72);



Mt
   6,   9-15;
Sal
127 (126);



Jn
 14 y 15;

Sal
149;




Deut
 18;

1Cor
  13;




Sal
139 (138);
2Cor
    1;




Rom
    8;

Ez
  36, 22-38;












Ez
 37,  1-14;

Sal
 51 (50);

Mt
 11, 28-30;

Mt
 23, 37-40;

Is
 49;

Sal
103 (102);

Gál
    5, 19-24;

Ez
  36;

Mt
  18;

Lc
  15;

1Jn
    4;

Sal
147;

Sal
150.






Posteriormente, al hacer estas oraciones de perdón y sus meditaciones periódicamente, sí es posible diariamente, respetando el ritmo y tiempo de oración de cada persona, van a comenzar a aparecer conscientemente recuerdos de ofensas y faltas de perdón que anotaremos, el paso siguiente es:

La Confesión con un Sacerdote que nos pueda dar el tiempo para hacer nuestras oraciones de perdón en dicha confesión. Debemos acudir al Sacramento las veces que sea necesario a medida que vayamos haciendo nuestras oraciones y meditaciones y se nos aparezcan estos recuerdos de faltas de perdón. Y no olvidar que en La Confesión debemos hacer todas las oraciones en voz alta, delante del Confesor.


Nota: para nuestros hermanos de la RCC, como no siempre disponemos de un Confesor que acepte, también se le puede decir al Sacerdote: "Padre, quiero pedirle perdón a DIOS, por no perdonar a tales y tales personas.
Debemos recordar, que al confesar estas faltas de perdón, estamos sellándolas definitivamente.

También debemos durante nuestras oraciones de perdón, pedirle a nuestro Padre Dios:

Te pido Señor, que también sanes mí memoria en cuanto a estas faltas de perdón por las cuales hago mis oraciones, pon Tu en mí memoria, Tus recuerdos para que los míos sean sanados.

Muchas veces cometemos el "error" de hacer nuestras oraciones de perdón y no pedimos la sanación de nuestra memoria, al hacer esto, seguimos recordando el mal que nos hicieron y con ello alimentamos nuestro rencor, por ende no podemos perdonar.

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